Fue amor

El 2 de julio de 1930, el médico concurrió a asistir a una paciente que presentaba un parto que podría tener complicaciones. Su intervención permitió que Mohibe Akil, una inmigrante siria, diera a luz a su primogénito. Agradecido, el padre de la criatura, le dijo al médico: "lo vamos a llamar Carlos, como usted, doctor". Así fue como Saúl Menehem inscribió a su hijo con la versión castellanizada de su apellido: Carlos Saúl Menem. Tras el parto, el doctor Carlos Kammerath, regresó a su consultorio de Anillaco, en La Rioja. No será ésta la única relación entre ambas familias. Dos meses antes de la Revolución Fusiladora que derrocó al presidente Juan Domingo Perón en 1955, el joven Menem se recibió de abogado en la Universidad de Córdoba y, ya de regreso en su tierra natal, su primer trabajo se lo dio el hermano del médico que lo trajo al mundo: Germán Kammerath, cuyo hijo homónimo se convertiría, 36 años después, en uno de los emblemas del menemismo.

 

Dos hilos: la Justicia y las redes de relaciones.

El delito por el que Germán Luis Kammerath Gordillo está encerrado en la cárcel de Bouwer desde el viernes pasado, se denomina "negociaciones incompatibles con la función pública". Lo denunció Luis Juez al remplazarlo al frente de la intendencia de la ciudad de Córdoba. Atrás de la carátula de la denuncia, la investigación debía probar que la Municipalidad había firmado un contrato con una empresa que era propiedad del entonces cuñado del Intendente.  La tarea no parece muy difícil, ni siquiera demandaba la foto de la rúbrica del acuerdo en algún asado familiar.

El “arduo trabajo” de demostrar que aquel exintendente había beneficiado a su cuñado con un contrato que no podía firmar, demandó dos años: entre 2003 y 2005, cuando finalmente se elevó la causa a juicio, proceso concretado con jurados populares por tratarse de un delito de corrupción… ¡una década después!

Sin embargo, debieron pasar seis años más hasta que el jueves pasado, la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmara la condena a tres años y medio de cárcel y ordenara la detención de Kammerath.

Corte Suprema de Justicia: Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti

 

La decisión del máximo tribunal de Argentina -con fallo dividido, por tres votos contra dos- se produjo a días de que la jueza Elena Highton de Nolasco –quien votó a favor- se aleje del cargo. El empate, hubiera demandado el proceso de nombramiento de un conjuez que desempate.

Se trata de la única condena que recibió Kammerath, a pesar de la productiva cosecha de denuncias que acumuló durante su paso por diferentes administraciones públicas. De hecho, al asumir la intendencia de Córdoba, Luis Juez creó la Cigeka (Comisión investigadora de la gestión de Germán kammerath), otorgándole a la oposición su control. Ninguna de las actuaciones de este organismo llegó a la Justicia.

Días atrás el ahora candidato a senador nacional dijo que “sentía satisfacción” la detención consumada, pero si bien recordó que se trata de la única causa que no pasó por la Cigeka, evitó “una historia que algún día deberemos contar” pero que “este no es el momento, para no generar confusión en la gente”. Ocurre que hoy Juez comparte el espacio político con varios de los integrantes de aquella comisión, y hasta con el propio Kammerath.

También de campaña en Córdoba, Mauricio Macri consideró que la encarcelación del exintendente "es difícil de comprender" y, aunque se declaró respetuoso de la decisión de la Corte, no dejó pasar la oportunidad de recordar que "dos jueces dijeron que no correspondía". Los dos jueces son Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz.

Germán Kammerath y Juan Carlos Maqueda. (Foto: gentileza (i) archivo de La Voz del Interior)

 

Cabe recordar que en 1998, a partir de un acuerdo con el presidente Carlos Menem, José Manuel de la Sota selló una alianza con la UCEDE (UDeCe en Córdoba) con la que alcanzó el gobierno de la provincia. El ucedista Kammerath fue el vicegobernador de aquel gobierno en el que Maqueda fue ministro de educación.

Al asumir Kammerath como Vicegobernador, éste invitó especialmente al empresario Franco Macri, quién al no poder asistir, envió a su hijo Mauricio -entonces presidente del Club Atlético Boca Juniors- en representación del holding familiar.

 

1999. Carlos Menem, José Manuel de la Sota y Germán Kammerath durante la asunción del nuevo gobierno de Córdoba. En segunda fila y a la izquierda, Mauricio Macri, enviado en representación del grupo familiar.

 

Por aquellos años, el flamante vicegobernador de Córdoba integraba la camada ascendente de la UCEDE, junto a jóvenes figuras como Amado Boudou, Sergio Massa y Laura Rodríguez Machado.

En 1991, Menem designó a Kammerath al frente de la Subsecretaría de Comunicaciones de la Nación, donde se transformó en uno de los principales ejecutores del proceso de privatizaciones del sector. En 1996 fue designado Secretario de Comunicaciones e interventor de Argentina Televisora Color (ATC). Uno de los grandes ganadores de aquella transferencia de bienes del Estado a manos privadas fue el diario Clarín, que fortaleció su ya poderoso grupo empresarial. Uno de los estudios jurídicos que asesoraba al grupo lo integraba Carlos Rosenkrantz... sí, el otro voto de la Corte mencionado por Macri, en contra del encarcelamiento de Kammerath.

 

Emblema de la corrupción neoliberal

Germán Luis Kammerath Gordillo nació en La Rioja el 21 de enero de 1961.  Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Joaquín V. González, de la capital riojana. Durante la gobernación de Menem en La Rioja (1973-1976), Kammerath con apenas 16 años, lideró manifestaciones conservadoras en contra de la reforma agraria impulsada por monseñor Enrique Angelelli. Además, militantes estudiantiles riojanos lo acusaron públicamente de haber colaborado con la represión durante la dictadura militar, delatando docentes y estudiantes.

Estudió abogacía en la Universidad de Buenos Aires, aunque según denunció en su momento el exsenador cordobés Prudencio Bustos Argañaraz, Kammerath habría falsificado sus certificados de estudios en la UBA y se habría ido antes de ser expulsado de esa casa de altos estudios.

Se casó con Luz Capdevila, joven de una tradicional familia cordobesa con importantes estancias en La Carlota. Tuvieron cuatro hijos.

Asesorado por la agencia publicitaria Contacto, liderada por  Santiago Jorge "Pilo" Pérez Gaudio, -una de las primeras en desarrollar el marketing político- en las legislativas de 1993 Kammerath rompe el histórico bipartidismo en Córdoba, logrando una banca en la Cámara de Diputados de la Nación.

La sociedad con De la Sota, que a los seis meses de gobierno le allanó el camino para que se impusiera en las elecciones municipales de la capital provincial, se rompió tres años después. En 2002, cuando desde Río Cuarto, el entonces gobernador pidió “disculpas a los vecinos de la ciudad de Córdoba por las situaciones que se están viviendo allí. Me he equivocado, he tratado de ayudar al gobierno municipal, pero es difícil hacerlo con los que no se dejan ayudar”. En aquel momento, la ciudad de Córdoba detonaba fruto de innumerables conflictos, servicios cortados, sin transporte y con los salarios impagos.

El triunfo de Luis Juez asentado en la consigna "se acabó el choreo", significó el final para la vida política pública de Germán Kammerath. La pública, porque desde las sombras, hasta el jueves pasado detentaba notable influencia en Juntos Por El Cambio.

Tal como lo señala un completo informe de La Tinta de marzo pasado, la "red compuesta por una cadena de integrantes parece sostener la actualidad de este político que vimos retirarse de la escena con una imagen lapidada. Una trama familiar y de amiguismos actualmente lo vinculan con el PRO, como el caso del que fuera diputado nacional por esa fuerza política: Javier Pretto. Ex intendente de La Carlota, tierra de la esposa de Germán y donde, en algún momento, residieron. Por otro lado, el ex yerno de Kammerath, Nicolás Massot, hijo y sobrino de los dueños de La Nueva Provincia, periódico de Bahía Blanca acusado de haber cometido delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar. Massot fue diputado nacional por la provincia de Córdoba en 2015-2019 y fue presidente del bloque legislativo del PRO cuando Federico Pinedo renunció a su banca para asumir como senador. Y Oscar Agost Carreño, sobrino que también conformó la lista por el PRO, pero que no logró ingresar en la bancada.  

En 2018, su hija María Kammerath fue designada por la gestión macrista como Directora del área de Derechos de Aterrizaje y Autorizaciones de la Dirección General de Asuntos Satelitales de la Subsecretaría de Planeamiento de la Secretaría de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones del Ministerio de Modernización (ARSAT). El nombramiento se realizó “con autorización excepcional por no reunir los requisitos mínimos establecidos”, según la resolución del Ministerio de Modernización.

Su otra hija, Victoria Kammerath, trabajó con María Eugenia Vidal como Asesora en la Procuración General de la Ciudad de Buenos Aires. Y cuando Vidal asumió como Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, fue designada Asesora de la Secretaría Legal y Técnica.

Erick Kammerath, el hijo youtuber anti derechos, dice en sus redes ser “analista político, columnista y ensayista. Conservador”. Junto con Agustín Laje, con quien comparte camaradería, es miembro de la Fundación Libre, definida como un “Centro de estudios Libertad y Responsabilidad. Buscamos generar cambios culturales en pos de la libertad y la responsabilidad individual”. En sus redes, se muestran con el libertario Milei, visitas y vínculos con Vox de España y asesoramientos en países centroamericanos.

Por último, la hermana de Germán es Josefina Kammerath, fue encargada Titular del Registro Seccional de la Propiedad del Automotor Nº 24, en Córdoba. Ella se casó con el fallecido Alejandro Rodríguez de la Puente, ex Presidente de la UCD en Córdoba y quien fue condenado junto a su cuñado en la causa Radioaviso como partícipe necesario".

En semejante red de relaciones quizá podría estar la explicación sobre los motivos que llevaron a la Justicia a demorarse 18 años en llevar tras las rejas a alguien cuyo delito estaba probado de antemano, con la sola firma de un contrato ilegal. Y como si fuera poco, hay que festejar que el tema se terminara decidiendo el pasado jueves, porque a partir de mañana, la historia hubiera sido muy diferente.

El pasado 27 de octubre, nuevamente Carlos Rosenkrantz,  informó a sus pares de la Corte Suprema que ya no se apartará de ciertas causas y que que comenzará a intervenir en las que se venía excusando por haber representado en el pasado a alguna de las partes desde su estudio de abogados. Algunos de sus exclientes son -además de Clarín- La Nación, Claro, Cablevisión, La Rural, McDonald's, Quilmes y los fondos Pegasus. El anuncio aclara también que el magistrado decidió "intervenir en la presente causa" haciendo referencia a la presentación del Grupo Clarín contra el decreto del presidente Alberto Fernández regulando las tarifas de las telecomunicaciones. Dicho más claro, el exabogado de Clarín será juez en una disputa entre esa empresa contra el gobierno. Mención aparte merece recordar que, inicialmente, Rosenkrantz llega a máximo tribunal de justicia nacional nombrado por Mauricio Macri a través de un decreto inconstitucional, a sugerencia de un íntimo amigo del entonces Presidente: el operador judicial Fabián "Pepín" Rodríguez Simón, hoy prófugo en Uruguay.

Días atrás, el exjuez federal de Córdoba, Miguel Julio Rodríguez Villafañe, consideró que "las bases jurídicas concretas están colonizadas", y destacó que la Defensoría del Público de Argentina "debió recurrir a la ONU" para intentar garantizar el acceso a internet de la ciudadanía. Rodríguez Villafañe, quien además es especialista en derecho de la comunicación, disertó en un ciclo denominado “Jornadas de debate y propuestas Deuda pública y Derechos: ¿Hacia nuevas estrategias y horizontes?”. Su intervención completa (dura sólo 15 minutos) puede verse en el siguiente video, y no tiene desperdicio.

A pesar de que no existen aparentes motivos legales, ya trascendió que los abogados de Germán Kammerath reclamarán la prisión domiciliaria, que probablemente deberá decidir la misma Corte Suprema, ya sin Highton de Nolasco.

Cabe preguntarse si Justicia y redes de relaciones del poder son dos hilos entrelazados o la maraña oculta un único hilo con dos direcciones, ambas, conducentes a la impunidad.

La Justicia argentina encabeza el ranking de sectores con peor imagen. Le gana -y por mucho- a dirigentes políticos, sindicales y empresariales. Eso sí, como una muletilla, buena parte de la sociedad se opone a cualquier intento de reforma judicial, mientras los políticos llamar a ser respetuosos "de los tiempos de la Justicia".