A dos semanas

LA NOTA DEL DOMINGO.

Opinión 29 de agosto de 2021 Diario Sumario

A partir de mañana, la hasta ahora timorata campaña electoral ingresará en su fase decisiva. En las dos próximas semanas hasta la realización de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (Paso) 2021 -y al compás de sus respectivas encuestas- los diferentes precandidatos definirán la estrategia para el tramo final.

No es una elección más. Es la primera que se realiza en una Argentina marcada con el peso de la pandemia a cuestas, que comienza a dar los primeros pasos hacia lo que parece la luz al final del túnel, en un trayecto asediado por la cepa Delta del Covid 19.

Las consecuencias de realizar una elección inédita por sus características -con fuertes medidas de precaución sanitaria en los centros de votación- resultan imprevisibles. El cómo reaccionará electoralmente una sociedad agobiada por prolongadas restricciones y dificultades económicas, es el misterio por develar. De hecho, las principales consultoras de opinión pública del país prestan especial atención a la novedad. Y la dirigencia política sigue muy de cerca las conclusiones a las que van arribando estos especialistas, a pesar de que -con condiciones menos complejas- la mayoría de ellos viene errando sistemáticamente sus pronósticos desde hace ya varios años.

Hecha la salvedad, en Córdoba los últimos sondeos indican que los “indecisos” (entre quienes podría haber muchos consultados que, aunque la tengan definida, no quieren adelantar su elección) rondan el 20% y el voto en blanco el 7%.

A pesar de sus spots anodinos, hacía muchos años que Argentina no asistía a una campaña electoral tan violenta. No sólo se trata de la profesión de furia antikirchnerista de algunos aspirantes al Congreso. Un diputado de la Nación fue baleado en Corrientes, en el enrarecido clima de las elecciones que comenzarán a las 8 de este domingo.

En la mayoría de los casos, prevalece el caer en la tentación del espectáculo, el título fácil, y nada más.

En la pelea de fondo más atractiva del espectáculo cordobés, la presunta ventaja que Luis Juez estaría logrando sobre Mario Negri ha puesto muy nerviosos a los inquilinos del Panal. Un triunfo del líder del Frente Cívico en la interna de Juntos Por El Cambio preocupa mucho por la proyección que podría tener hacia 2023. Una fuente del peronismo habitualmente bien informada asegura que el apoyo de Mauricio Macri a Negri obedeció a un pedido expreso que el Gobernador le hizo a su amigo expresidente.

En el schiarettismo se vive con cierta excitación apresurada un hipotético cambio de gobierno nacional en 2023. El liderazgo que Horacio Rodríguez Larreta va solidificando día a día en Juntos Por El Cambio alienta a los hombres del Gobernador, que a veces parecen añorar la era Macri a pesar de que en aquellos cuatro años Córdoba recibió muchísimos millones menos que en un año y medio del gobierno Frente de Todos, que hasta cubrió parte del déficit de la Caja de Jubilaciones provincial que Macri prometió, pero nunca pagó.

“El próximo presidente será peronista”, repitió días atrás un dirigente de Alta Gracia sin ponerse colorado, haciendo referencia a Rodríguez Larreta. El jefe de gobierno porteño parece dar para todo: “Zurdo de mierda, te voy a aplastar”, le gritó Javier Milei.

No es la primera vez que el cordobesismo se entusiasma con el macrismo. Allá por 2017 el propio Juan Schiaretti consideró en un acto de campaña en Alta Gracia que el egresado del Cardenal Newman había iniciado un ciclo de varios mandatos.

Más allá del yerro en el pronóstico, el Gobernador maneja los tiempos como pocos líderes políticos y sabe que con el macrismo, comparte y disputa a la vez una misma base social. Las elecciones de medio término, donde no se plebiscita su gestión, son un dolor de cabeza a superar esperando las generales.

“Defendemos los intereses de Córdoba y apoyamos lo que creemos que es bueno para Córdoba, como lo hicimos con el gobierno anterior”, dijo el sábado Alejandra Vigo en Alta Gracia, refiriéndose a las leyes que los diputados cordobeses votaron junto a Cambiemos, pero omitiendo que también votaron algunas leyes impulsadas por Alberto Fernández. Pánico a los dardos envenenados que desde el partido amarillo lanzan contra el gobierno provincial acusándolo de “kirchnerista”.

Eso sí, cuando este medio preguntó a las candidatas Vigo y Natalia de la Sota qué escenario consideraban más conveniente para Córdoba, si el del gobierno nacional logrando mayoría en ambas cámaras o perdiéndola, la hija del fallecido exgobernador eludió responder: “Aspiramos a que todas las provincias hagan lo que hace Córdoba y no que se alineen nacionalmente con uno u otro”, dijo De la Sota en el terreno de las fantasías.

Del otro rincón, con una aparente ventaja apretada -que el Presidente pareciera esforzarse por achicar todas las semanas- el Frente de Todos se encaminaría hacia una victoria nacional en las elecciones de medio término.

En Córdoba, sus candidatos tienen mayores expectativas en la general de noviembre que en las Paso de dentro de dos semanas. Admiten el alto impacto negativo de la foto del festejo del cumpleaños de la primera dama en Olivos y, esperan a que el enojo termine por disiparse.

Las naves del Frente de Todos cordobés navegan en aguas separadas. La hegemónica “pata peronista” y el kirchnerismo puro no se cruzan demasiado. El carácter testimonial de la candidatura a diputado nacional de Martín Gil es un secreto a voces que nadie niega. Al secretario de Obras Públicas de la Nación aún no se le aceptó la renuncia y se considera un hecho que nunca asumirá en la Cámara de Diputados.

Bajada al ruedo local, la pelea mostró a Facundo Torres Lima muy activo en su terruño. El ministro de Gobierno se cargó al hombro la encomendada tarea de asegurar el apoyo de intendencias y comunas que reclamó el Gobernador.

La pelea por la sede partidaria terminó. El schiarettismo abrió un Comando de Campaña en Dino Carigniani y Paraguay, en tanto Walter Saieg abrió el del Frente de Todos en Liniers y Arzobispo Castellanos.

La sangre no llegó al río.

 

 

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