Presentes: a 20 años del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki

MASACRE DE AVELLANEDA

Opinión 26 de junio de 2022 Diario Sumario

(Sumario Noticias) El 26 de junio de 2002 fueron asesinados por la Policía de la Provincia de Buenos Aires los jóvenes Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, en el marco de un reclamo que se realizaba en el Puente Pueyrredón, que divide a Ciudad Autónoma de Buenos Aires de Avellaneda. En este día, este artículo se presenta como un ejercicio de la memoria, donde quizás allí puedan encontrarse las respuestas o, mejor dicho, los nuevos interrogantes de un hecho latente.

Los asesinatos y los responsables

Santillán y Kosteki no se conocían, pero eran compañeros militantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD). Darío tenía 21 años y era referente del MTD de Lanús, Maximiliano, de 25, militaba en el MTD de Guernica. Su momento de encuentro se dio en medio de los disparos efectuados por uniformados de la Provincia, quienes acudieron a la vía represiva para evitar el corte en el puente Pueyrredón contra el por entonces gobierno de Eduardo Duhalde. Fueron tres las fuerzas federales que actuaron: Gendarmería, Prefectura y la Policía Federal, además de la Policía Bonaerense. De este modo se militarizaron todos los accesos a la Capital, en los que se desplegaron más de dos mil efectivos.

Era el sexto reclamo que realizaba el Movimiento de Trabajadores Desocupados, luego de negociaciones que, contadas por los protagonistas, no brindaban ninguna respuesta ante la crisis socio económica que estaba sumergida la Argentina.

Darío Santillán había logrado escapar de las fuerzas de seguridad, pero en la estación Avellaneda del tren Roca vio a Maximiliano Kosteki tirado y se volvió a rescatarlo. Allí, en el suelo, mientras intentaba reanimarlo, Darío se dio cuenta que a su compañero le habían disparado. Alfredo Fanchiotti y Alejandro Acosta, comisario y cabo de la Policía, habían sido los autores de los balazos, los mismos que minutos después impactaron en la espalda de Darío. Los dos jóvenes fueron arrastrados, sangrando, hasta afuera de la estación por los mismos policías que les habían disparado. En esta represión más de 30 personas fueron heridas de bala y cerca de 200 fueron detenidas.

Fanchiotti y Acosta fueron condenados a cadena perpetua y permanecen en el penal de Baradero. El pasado jueves 23 de junio, la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal del Departamento Judicial Lomas de Zamora rechazó un nuevo pedido de libertad condicional presentado por la defensa de Fanchiotti.

A 20 años de los hechos, los compañeros y familiares de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki reclaman justicia por los responsables políticos de la “Masacre de Avellaneda”, como lo son Eduardo Duhalde, el por entonces secretario de la presidencia Aníbal Fernández, el ex gobernador Felipe Solá, el ex titular de la ex SIDE, Carlos Soria, el ex canciller Carlos Ruckauf , y el entonces ministro de Seguridad de la provincia, Luis Genoud, actual juez de la Suprema Corte de Justicia bonaerense.

Los reclamos

Luego del estallido social del 2001, la desocupación alcanzó el porcentaje récord del 21,5 %. Según las cifras relevadas por el INDEC, correspondientes a la segunda mitad del 2002, en Argentina había más de tres millones de desempleados.

Luego de seis manifestaciones y sin ninguna respuesta de cambio ante la situación que vivían los sectores populares, apostados en el puente Pueyrredón, desde el Movimiento de Trabajadores Desocupados la lucha planteada en ese entonces era por nuevos planes de trabajo, por el esclarecimiento del asesinato del integrante del MTD Javier Barrionuevo, durante una protesta en reclamo de alimentos para comedores comunitarios y planes sociales para desocupados, por la libertad de compañeros del movimiento detenidos y por el retiro de los procesamientos para los más de 2800 compañeros militantes. A su vez se solidarizaban con quienes reclamaban a cacerolazos en Capital Federal.

En la misma línea de reclamos estaba el pago de los planes sociales, el aumento de los subsidios de desempleo, la implementación de un plan alimentario bajo gestión de los propios desocupados, insumos para escuelas y centros de salud barriales, y el fin de la represión. Además llevaban una declaración de solidaridad con los trabajadores de la fábrica recuperada Zanon, de Neuquén.

Se trata de un movimiento que proponía generar cambios sociales en los barrios, como guarderías, bibliotecas populares, obras de construcción, trabajos de carpintería, talleres de herrería. Por aquel entonces el gobierno otorgaba un subsidio que no superaba los 200 pesos. Su propuesta se basaba en la generación de trabajo en el interior de los barrios. El dinero recibido no solo que era insuficiente, sino que abría la brecha y sumergía en la pobreza a miles de ciudadanos que peleaban por un trabajo, frente a la concentración de sectores financieros, políticos y empresarios que estaban lejos de los sectores populares necesitados.

En declaraciones a La Nueva Mañana, Emanuel Berardo, dirigente del Polo Obrero, explicó: “El objetivo de la masacre de Avellaneda y el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki era, por un lado, golpear al sector del movimiento piquetero que no se había integrado a la cooptación del Estado y organizaba a millones de desocupados; y por el otro, garantizar los negocios y la regimentación de los trabajadores como grandes víctimas de la mega devaluación". Berardo manifestó que se trató de una operación represiva preparada por el Consejo de Seguridad de un gabinete de unidad nacional que integraban peronistas y radicales. “La operación represiva fracasó y el gobierno de Duhalde tuvo que apurar su salida cuando se desbarató la operación de encubrimiento y se convocó a movilizar el día siguiente”, dijo.

La vía represiva

El asesinato de Barrionuevo, fue un precedente de lo ocurrido algunos meses después en Avellaneda. Por aquellos días de 2002 los medios informaban que el asesino de Barrionuevo había sido un comerciante de la zona de apellido Bogado, aunque desde el sector piquetero argumentaban que se trataba de un ex policía. A partir de este hecho quedó instaurado una nueva estructura represiva del Estado, que consistía en perseguir y asesinar a piqueteros, como ocurrió cuatro meses después con Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.

La muerte de Barrionuevo ocurrió el 6 de febrero de 2002 en la ruta 205, a la altura de la localidad de El Jagüel, partido de Esteban Echeverría, cuando numerosas personas cortaron el tránsito, con quema de neumáticos, en reclamo alimentos para comedores comunitarios de la zona y de planes sociales para desocupados

“A 20 años, seguimos luchando contra la impunidad y por la libertad y la absolución de César Arakaki y Daniel Ruiz, el desprocesamiento de Sebastián Copello y Juan Chorolque y de todos los compañeras y compañeros perseguidos”, dijo la dirigente del Partido Obrero Soledad Díaz al diario La Nueva Mañana.

A modo de cierre de este artículo se cita un fragmento de las explicaciones hechas por el propio Darío Santillán acerca de la movilización en el Puente Pueyrredón, momentos antes de ser asesinado por la Policía. Se trata de una declaración recuperada por elDiarioAR. “Cortar rutas es hacer un esfuerzo y una acción para poder cambiar la situación en la que estamos viviendo. Cambiarla de fondo. No nos vamos a casa tranquilos porque tenemos un plan de 160 o 200 pesos. Hay un montón de cosas para cambiar acá en la Argentina”, dijo Darío.

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