La disputa entre lo público y lo privado

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Sociedad 08 de abril de 2018 Diario Sumario

Por Julia Conalbi

De nuestra redacción

En 1908, el mundo no había visto el estallido de las guerras mundiales, el Titanic apenas era un proyecto que comenzaría a construirse al año siguiente y Pablo Picasso recién estaba formulando el movimiento artístico del cubismo junto a Georges Braque. En Alta Gracia, un accidente había parido la prohibición de galopar por las calles céntricas, hacía pocos años que el ferrocarril conectaba la ciudad con la Capital Federal y el Sierras Hotel se inauguró con la creación de la Villa Carlos Pellegrini.

Carlos Thays fue un arquitecto, urbanista y paisajista parisino que realizó la mayor parte de su obra en Argentina. Entre los parques por él diseñados, se pueden mencionar el Parque 3 de Febrero –popularmente conocido como Bosques de Palermo- en la ciudad de Buenos Aires; el Parque Sarmiento en la capital de Córdoba; el Parque General San Martín en Mendoza y el Parque del Sierras Hotel, en Alta Gracia.

Si actualmente el Parque del Sierras Hotel es uno de los predios más grandes de la ciudad, en su inauguración era aún mayor. Hasta 1941, los terrenos en los que luego se construyeron las calles Massenet y Valencia y la manzana en la que se ubica el Parque Infantil eran propiedad de Ricardo Franchini y posteriormente de la Compañía de Tierras y Hoteles. Por los terrenos del Sierras Hotel circulaban y paseaban los miembros de sectores adinerados de la sociedad, que aprovechaban que el ferrocarril les permitía llegar desde Buenos Aires en solo una noche.

Cerrar las calles… abrir las calles

"En 1943, se inaugura el Parque Infantil en terrenos que antes eran del parque del Sierras. El hotel los dona a cambio de que le permitan cerrar las calles internas y restringir el acceso del público” explica Augusto Luis Piccón, uno de los autores de "Sierras Hotel – Alta Gracia”, libro que cuenta la historia del emplazamiento. En 1953, la Municipalidad de Alta Gracia le concede beneficios al Sierras Hotel por el lapso de ocho años, que comenzaban a regir el 1 de enero de 1952. Por su parte, el hotel debía cumplir con dos condiciones: mantener libres las entradas a las calles del predio y realizar una instalación eléctrica apropiada tanto en los terrenos del parque como en la plazoleta ubicada en Vélez Sarsfield esquina Carlos Pellegrini. Habría que esperar cuatro años, hasta 1957, para que la segunda condición se cumpliera.

La década del cincuenta generó un cambio en el público que asistía al hotel. Ya no se trataba fundamentalmente de turistas, sino de personal jerárquico de la empresa Kaiser, que utilizaba gran parte de las plazas viviendo allí. El parque del Sierras Hotel era un espacio privado, pero se permitía en aquel entonces la circulación. Si bien la situación del hotel fue cambiando en las décadas del sesenta y setenta, el parque mantuvo las mismas condiciones hasta la década de 1980.

En 1982, el hotel sufrió una crisis que estuvo a punto de ocasionar su cierre definitivo. En ese marco, el deterioro comenzó a notarse en el parque. De todas maneras, se mantenía la situación de que era posible recorrerlo por las calles internas.

El parque público

La historia del Sierras Hotel en la década del ochenta fue signada por la crisis que lo llevó a ser rematado y posteriormente a cerrar por dos décadas. En 1986, en un remate judicial, el Gobierno de la Provincia de Córdoba, adquirió el hotel, para evitar que intereses privados lotearan el histórico edificio y su predio. Veinte años tendrían que pasar entre idas y venidas hasta que finalmente reabriera. En ese período, el abandono fue notorio en los terrenos del parque. Se podía acceder libremente, pero no todo el parque estaba mantenido y cuidado de malezas.

En esos años, además de poder circular, se utilizó para diferentes fines. En el hotel funcionó un jardín de infantes y escuelas que no contaban con predio para realizar actividades deportivas brindaban allí sus clases de Educación Física.

En 2006, el hotel reinaugura. Respecto al parque, el ganador de la licitación –Grupo Roggio- debía cumplir una de las mismas condiciones que en 1953: permitir el acceso a las calles del predio. En ese momento, se instalaron garitas de seguridad en los ingresos, que poco más tarde fueron abandonadas y las puertas nuevamente cerradas.

El parque cuenta con ocho hectáreas, lo que implica un alto costo de mantenimiento y parquización. Durante seis años, las condiciones planteadas con el Grupo Roggio se mantuvieron, hasta que en 2012, el intendente Walter Saieg anunció que se abrirían las calles internas, permitiendo la circulación de vehículos por el parque. "Como era hace cien años”,prometió el Intendente al anunciar la creación de un paseo colonial en el Sierras Hotel. A cambio, la Municipalidad de Alta Gracia se encargaría del mantenimiento del parque, que sería de libre acceso a la población.

Público… pero solo de día

Con la reapertura del boulevard Pellegrini, el parque del Sierras Hotel se convirtió en uno de los espacios preferidos por los habitantes de la ciudad. Junto con el Tajamar y el Parque García Lorca, pasó a ser uno de los lugares elegidos para tomar mates a la tarde, conversar con amigos, caminar, realizar actividad física, jugar con niños o mascotas, etcétera. También fue uno de los espacios elegidos por jóvenes y adolescentes para escuchar música, conversar y beber algo por las noches los fines de semana.

El pasado domingo 4 de marzo durante la madrugada, un inconveniente entre un vecino del sector y un grupo de chicos allí presente, implicó una nueva medida respecto a la circulación en el parque del Sierras. La Municipalidad de Alta Gracia tomó la determinación de restringir el acceso vehicular durante los fines de semana al predio. Se propuso entonces cerrar los portones, colocar reductores de velocidad, luminarias y molinetes.

La decisión municipal fue uno de los principales temas tratados en la primera reunión del Consejo de la Niñez este año. "Se identificaron distintos espacios que los jóvenes fueron usando y que se fueron cerrando sus accesos como por ejemplo el Parque García Lorca, que por quejas de los vecinos actualmente está cerrado con el control de móviles policiales y de allí pasaron al parque del Sierras Hotel. La preocupación compartida es sobre el alto volumen con que utilizan los equipos de sonido y también el consumo excesivo de alcohol y de otras sustancias en estos espacios. El Consejo considera que estos espacios son necesarios para los jóvenes y que se debe buscar formas de acompañamiento en el uso de los mismos, pero no cerrarse, ya que son necesarios para ellos. Sin desconocer los ruidos molestos que ocasionan y que perturban a vecinos; y buscando que estos espacios no rompan una buena convivencia entre los ciudadanos jóvenes y adultos, el Consejo considera que el Parque del Sierras es un espacio accesible, visible y contenedor, si se cierra el lugar a los vehículos (motos y autos), los jóvenes buscarán otros espacios más alejados y menos contenedores. Frente a este fenómeno cultural y económico de los jóvenes de Alta Gracia se requiere de acompañamiento del Estado teniendo especialmente en cuenta que este acompañamiento en el lugar no puede estar a cargo de cualquier persona o agente, como por ejemplo los inspectores de tránsito o policías, las personas/agentes deben estar formadas en la temática de jóvenes", señaló el Consejo.

Hace 110 años, con la inauguración del Sierras Hotel, se dio origen a uno de los principales espacios verdes de la ciudad. Además, junto con las vías del ferrocarril, el canal Maipú y el arroyo Chicalmtoltina, es uno de los grandes obstáculos en la circulación entre distintos sectores de la ciudad.

La disputa entre lo público y lo privado surgió hace más de un siglo.

Aún no está saldada.

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