Espacio de acción y contención

(Alta Gracia, de nuestra redacción) Un par de oficinas en el Dispensario Número 3 Ramón Carrillo. Es un lugar reducido, donde se desempeñan seis profesionales: trabajadoras sociales, psicóloga, psicóloga social, abogada y administrativa. El Área de Familia de la Municipalidad de Alta Gracia comenzó como parte de la secretaría de Desarrollo Social. Sin embargo, los casos que específicamente involucraban problemáticas relacionadas con la violencia hacia las mujeres eran cada vez mayores y se visibilizaban más. Así, surgió la propuesta de crear un área específica para esas problemáticas. Es casi paradójica la comparación entre el tamaño del lugar físico en el que funciona con el enorme espacio de contención y ayuda que brinda a las víctimas.
“El área se creó en 2009. La idea fue desde el desarrollo social, visibilizar situaciones de violencia y empezamos a pensar con las compañeras que estábamos en ese momento, las psicólogas Cristina Sierra y Macarena Domínguez, la posibilidad de atender especialmente las situaciones de violencia. Empezamos a atender a las mujeres y lo presentamos al Intendente como proyecto para armar el área” recuerda Noemí Oliverio, quien hoy está a cargo. Al equipo inicial de tres personas se le sumarían otras profesionales con el correr de los años. Actualmente, el grupo está conformado por ellas, la abogada Fernanda Müller, la psicóloga social Vanina Salgán, la trabajadora social Florencia Ledesma y la administrativa, Celeste Mora.

Como un árbol que crece y extiende sus ramas, así fue ampliándose el área. Con un abordaje interdisciplinar, se trabaja en conjunto y en equipo. Además, las problemáticas que se tratan también fueron ampliándose desde su creación. A la violencia de género, se le añadió otra situación que en algunas oportunidades está relacionada, el maltrato infantil. “Nos enfocamos en violencia de género, violencia familiar. Con la aparición de la secretaría de niñez y el cambio de paradigma al respecto, nos convertimos también en área local de niñez” explicó a Sumario, el diario de los viernes, Oliverio.

Números escalofriantes
Al año, el Área de Familia Municipal trabaja con alrededor de 400 casos. Eso significa que más de una persona por día necesita en Alta Gracia ayuda respecto a situaciones de abuso, violencia o vulneración de derechos. Pero si se tiene en cuenta que en cada caso hay un grupo familiar y que se atienden distintos hechos y miembros diferentes de esa familia, la cifra aumenta porque a veces las víctimas y los agresores son más de uno. Por eso mismo, el área articula con diferentes espacios municipales y provinciales para poder coordinar la labor y atender la complejidad de las situaciones.

“Al trabajo diario lo articulamos con la Secretaría de Salud, Desarrollo y Equidad Social, con la Dirección de Cultura y Educación, Dirección de Deportes… Son espacios de la Municipalidad que nos permiten gestionar acciones para acompañar a las familias en estas situaciones. Trabajamos también, obviamente, con Tribunales y con las escuelas. Tenemos muy aceitado el trabajo con escuelas primarias y cada vez mejoramos más la labor con secundarias, que es más complicada, porque hay tantos docentes, tantos profesores, no es como en la primaria que hay una maestra que los conoce a todos. En la escuela media nos ayudan mucho los coordinadores de cursos. El Hospital y el Polo de la Mujer también son grandes colaboradores. A través de este último, gestionamos becas para mujeres en situación de violencia” relata Oliverio.

El trabajo diario en el área pasa por atender las urgencias, buscar soluciones para las víctimas y también una labor educativa, de incentivar, por un lado, los buenos tratos y por otro, invitar a quienes conocen este tipo de situaciones a involucrarse. En ese aspecto, “el teléfono es una herramienta importantísima, porque a veces la gente no se anima a venir, pero sí a llamar” remarca Oliverio. También señala que: “Por suerte, también ha ido creciendo la gente que se involucra y comenta este tipo de situaciones: escuelas, particulares, sobre todo los vecinos ponen en conocimiento situaciones de vulneraciones de derechos de niños. Lo que tiene que ver con violencia de género por ahí sí llega a través de las escuelas, porque los chicos cuentan, o del Hospital, el Dispensario. Articulamos mucho y eso es muy bueno. Generalmente, cuando llega un caso que parece espontáneo, sin ninguna referencia, a nosotras ya nos había llegado la información” explica la trabajadora social. También destaca que: “La ley de Educación Sexual Integral, vigente desde 2006 es un elemento que les permite a los chicos hablar de algunas cosas. Obviamente, si no saliera ese disparador, no sería tan fácil que esos casos salieran a la luz”.

La existencia del área permite a las personas acercarse de manera espontánea y pedir asesoramiento ante diferentes situaciones. En este sentido, es importante destacar que no es necesario realizar una denuncia para solicitar ayuda y realizar consultas en el Área de Familia. El trabajo de las profesionales va desde gestionar ayudas económicas específicas para víctimas de situaciones de violencia a fortalecer y promover la reconstrucción de redes de la propia persona involucrada. “Normalmente, nosotras apuntamos a trabajar con las redes de la mujer. Si bien una persona en situación de violencia suele tenerlas cortadas o limitadas, generalmente siempre aparece alguien. En ese caso, surgen los amigos. Normalmente la mujer viene acompañada de alguna amiga y si realmente no hay nadie, se puede buscar una alternativa”.