Hablar de la interrupción del embarazo es un tema que  por varias cuestiones, desde lo familiar, generacional, los credos, muchas veces nos pone a los funcionarios en la necesidad de dividir o separar un poco la mirada, política y personal. La despenalización debe ser  abordada como una cuestión de salud pública y en eso la respuesta más correcta  siempre la tienen que dar los expertos  que son los ámbitos que evalúan las cuestiones de mortalidad e impacto sanitario.

Si queremos seguir disminuyendo la tasa de mortalidad materna en Argentina hay que seguir  trabajando  en lo más importante que son la educación y la prevención. Personalmente creo que el niño por nacer tiene derechos, pero como políticos no podemos mirar al costado frente a la muerte de  las mujeres o criminalizarlas. Por eso, insisto: ESI (educación sexual integral) en todos los espacios educativos, diálogo con los adolescentes, no solo con las mujeres, porque todos tienen que ser conscientes y responsables. No podemos pedirles a los jóvenes que se cuiden si los directivos, los docentes, la familia  no se comprometen en concientizarlos y darles las herramientas para que prevengan por su salud, sus vidas, y las de los niños por nacer.

*Concejala del bloque de Hacemos por Córdoba. Exdirectora de Políticas de Género y expresidenta del Consejo de la Mujer.