(De nuestra redacción) El pasado jueves 22, el ministro de Salud de la provincia de Córdoba, Diego Cardozo, brindó el informe epidemiológico semanal. La situación no es sencilla. Si bien los casos de coronavirus covid-19 no han aumentado de manera exponencial ni se ha visto saturado el sistema de salud, sí hay datos preocupantes. Según explicó Cardozo en una conferencia de prensa, la Provincia está cursando el famoso pico de la curva de contagios.

La situación pone al gobierno de Juan Schiaretti en una encrucijada entre las demandas de los diferentes sectores sociales y la preocupación por el aumento de la ocupación en el sistema de salud. Esta semana el Hospital Rawson llegó al 100 por ciento de su ocupación y se incorporaron 725 nuevas camas para internación en toda la Provincia. Sin embargo, los profesionales de la salud comenzaron a mostrar su malestar por las condiciones de trabajo. 

Por otra parte, el sector comercial también se ha expresado en contra de las restricciones que rigen desde el pasado 12 de octubre. Incluso, en algunas localidades hubo bares, restaurantes y gimnasios que abrieron a pesar de las medidas.

De esta manera, la estrategia del Gobierno provincial es esperar a ver qué indicaciones llegan desde la Nación. Si bien Cardozo ya se expresó a favor de las flexibilizaciones, también indicó que esperarán el decreto presidencial de este viernes. Del mismo modo, seguramente la Municipalidad de Alta Gracia aguardará indicaciones de los gobiernos nacional y provincial para determinar los pasos a seguir.

En Casa Rosada, la situación cordobesa es preocupante. El jueves 22, Alberto Fernández se reunió con los Gobernadores por videoconferencia y las conclusiones habrían sido la necesidad de incrementar las medidas que disminuyen la circulación en Mendoza, Córdoba, Tucumán, Santa Fe, San Luis, Chubut, Río Negro y Neuquén.

Ante esto, Juan Schiaretti tendría dos opciones: aceptar las disposiciones nacionales como ha hecho hace catorce días y mantener los cierres en algunos departamentos o disponer de la libertad que da el decreto a los gobernadores y flexibilizar "bajo su propio riesgo".