"Viejo, ¿qué es el FMI? Ya sé que pidiendo plata ahí estamos en el horno, pero, ¿qué es?”. Muchos treintones (o milénicos, si se prefiere) encararon a sus padres con preguntas como esa.

No es para menos. Eran niños o preadolescentes cuando Argentina declaró el no pago de la deuda externa, entre las llamas de en las que ardía la representatividad política en 2001. Y muy jóvenes cuando en enero de 2006 Néstor Kirchner le cerraba la puerta al Fondo Monetario Internacional (FMI), pagándole de contado hasta el último centavo de la deuda que el país mantenía con el organismo. De aquel acierto histórico, la de cal, surge también la de arena del kirchnerismo: el no haberse retirado del FMI en aquel momento, le permite hoy al gobierno acudir al mismo.

Con mayor o menor firmeza, FMI quedó grabada en la memoria colectiva de los argentinos como la sigla negra de un país al que nadie quiere volver. Por eso la desesperación del gobierno nacional –conducido por un partido nacido en aquella crisis- intentando en vano despejar los fantasmas que vuelven. Desde el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne (a quien el archivo le recuerda su oposición a volver al FMI en 2016, cuando era comentarista del canal porteño TN), hasta Elisa Carrió, Marcos Peña y el mismísimo Presidente Mauricio Macri. Al cierre de esta edición, sólo a María Eugenia Vidal le faltaba enfrentar al monstruo devorador de imagen.

Es que el anuncio del Presidente es resistido por el conjunto de la oposición, dos de cada tres votantes de Cambiemos y genera dudas hasta en los especuladores que lo apoyan: según publicó La Nación el pasado 9 de mayo, "´Si esto no le sale bien, ya no tiene plan B para ir por la reelección´, lanzó un directivo de un fondo de inversión, quien avaló la movida para revertir el azote del mercado, que quizá no alcance del todo”.

La vuelta de Argentina al organismo internacional conducido por los Estados Unidos (por estatuto, el FMI reparte cuotas de poder entre sus países miembros de acuerdo a la dimensión de sus economías) coincidió con un momento histórico para Alta Gracia.

El pasado 10 de mayo, el intendente Facundo Torres Lima, el secretario de Infraestructura, Edgar Pérez y el contador Angel Mario Elettore, viajaron a la capital de Holanda para recibir la certificación oficial que califica a Alta Gracia como un municipio transparente y además, contará la experiencia de la ciudad y discutirán sobre otros casos prácticos a nivel mundial en innovación y gestión pública abierta. En otras palabras, una aval internacional que habilita a la ciudad a adquirir endeudamiento externo, de ser necesario.

Ya en diciembre, el gobierno local había anunciado el logro, obtenido a partir de cumplir los pasos indicados por la calificadora de riesgo Fix SCR. En ese camino, Alta Gracia se convirtió en el tercer municipio de Latinoamérica que presentó el Reporte de Sustentabilidad con Metodología GRI (Global Reporting Initiative), "con el claro objetivo de continuar trabajando por una ciudad de vanguardia, transparente y sustentable, que busca la eficiencia en su gestión”, según reza un parte oficial.

La Iniciativa de Reporte Global o Global Reporting Initiative (inglés) es una institución independiente que creó el primer estándar mundial de lineamientos para la elaboración de memorias de sostenibilidad de aquellas compañías que desean evaluar su desempeño económico, ambiental y social. Es un centro oficial de colaboración del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). El organismo asegura ofrecer una herramienta metodológica con indicadores precisos para medir, evaluar e informar en qué estado se encuentra una organización en materia social, económica y ambiental. Dichos indicadores funcionan además como orientadores de las prácticas a realizar para que una institución sea responsable, ética, transparente y socialmente valorada.

Como la de muchas otras consultoras, las certificaciones de GRI pueden ser tenidas en cuenta a la hora de otorgar créditos internacionales.

Fuera del margen de maniobra de un Intendente, el escenario nacional termina restándole brillo a un logro objetivo para la ciudad. Pérez, hoy fuera de la cartera económica, viajó a Amsterdam en su calidad de artífice exclusivo de la certificación obtenida.

Ante un panorama nacional sombrío, Alta Gracia quedará en condiciones para endeudarse, aunque la previsible retracción económica por venir seguramente aconsejará no hacerlo. Al menos, hasta que cambie el viento.