Oscar Sastre tiene 75 años, y es dueño de una de las farmacias más reconocidas de Alta Gracia, fundada en 2005 y que hoy es manejada por Diego, uno de sus tres hijos. Oscar nació en General Pico, La Pampa en 1941, y con 19 años se armó de valor, juntó algunos pesos que le dieron sus padres, y se trasladó sólo a la ciudad de Córdoba para estudiar Medicina. En aquella época, esos episodios no eran tan frecuentes como hoy, pero Oscar sabía que quería ser médico, por lo que tomar la decisión de separarse de sus padres y sus dos hermanos, fue complicada y requirió de mucha seguridad. Durante tres años, Oscar asistió a la Facultad de Medicina, hasta que su padre sufrió un accidente de tránsito y falleció, lo que lo empujó a dejar los estudios y buscar un trabajo. Fue visitador médico por 40 años, profesión que lo llevó a viajar por distintas partes del país, hasta que se jubiló y decidió abrir la farmacia junto a su hijo, en donde hoy colabora con la parte contable. 

Envuelto en recuerdos que los transportan a mediados de los años 60, Oscar cuenta cómo conoció a Celia, su esposa desde 1967, ex maestra y oriunda de Alta Gracia. "Por supuesto que lo recuerdo. Habíamos viajado a Alta Gracia a jugar un partido de básquet, yo siempre lo jugué en La Pampa y cuando fui a Córdoba seguí jugando, porque es un deporte que amo. Ella estaba conversando con un grupo de amigos y ahí nos conocimos. Después yo empecé a viajar todos los fines de semana para visitarla y al tiempo decidimos casarnos y me vine a vivir a esta ciudad. En enero, cumplimos 50 años de casados”. 

"En todas las reuniones siempre somos 15”, cuenta Oscar, padre de tres hijos y abuelo de 7 nietos. "Tuvimos la suerte de que nuestros hijos pudieran estudiar una carrera universitaria. Los tres son profesionales: Daniel, el mayor, es Ingeniero Civil y vive en Río Tercero; Diego es farmacéutico y tiene a cargo la farmacia; y Silvina es Médica y vive en Villa Allende, pero atiende acá también” relata Oscar, con sus ojos celestes llenos de orgullo. "Los dos venimos de familias muy unidas y ahora somos una familia muy unida. Yo siempre digo que lo mejor que una persona puede hacer es formar una familia, los dos teníamos esa idea, y a pesar de casarnos muy jóvenes, ella con 21 y yo con 25, supimos sacar adelante a la familia y a los hijos, tomamos desde muy chicos una responsabilidad muy grande”. 

Oscar remarca también el rol que tuvo su grupo de amigos al llegar a la ciudad. "También tuve mucha suerte con los amigos de Alta Gracia. Por 35 años, nos reuníamos los viernes a la noche a jugar al truco y a cenar. Tuve amigos muy buenos, un grupo muy lindo. Eramos 14 pero ahora hemos quedado cuatro”, recuerda Oscar con un poco de nostalgia. "Esas reuniones de amigos verdaderos eran muy importantes, y le inculcamos a nuestros hijos la importancia de tener buenos amigos”. 

"A mí, me trae acá el básquet. Puedo decir que gracias a este deporte me casé, me vine a vivir acá y tuve mis hijos” resalta Oscar. Este deporte acompañó a Oscar durante toda la vida. En el 1959 representó a su provincia natal en el Nacional de Básquet que se realizó en La Pampa, y en Córdoba jugó para Sarmiento, cuando el equipo estaba por ascender. En Alta Gracia se desempeñó como técnico para Sportivo Alta Gracia. "El deporte me dio muchos amigos y, como consecuencia, me dio una familia. Y la verdad es que yo era muy bueno en el básquet. En esa época, no existía el triple, si no, hubiera hecho muchos más puntos”.