(Sumario Noticias, Alta Gracia) Es una tradición. Nadie puede volver de las vacaciones sin algún regalito para los familiares que se quedaron en casa, o simplemente para aquellos amigos que se visitan con más frecuencia.

Sin embargo, la venta de "recuerditos" no escapa a cambios de costumbres a contramano de las tradiciones, ni a los efectos de la pandemia.

Carlos Hernández y su esposa Mary hace 22 años que tienen su negocio de artesanías, regionales y "recuerditos". Se iniciaron como artesanos y, hasta hoy, fabrican la mayoría de los productos que venden, aunque desde una ubicación privilegiada: sus dos locales contiguos están en la avenida Padre Viera, frente al Reloj Público, emblema de Alta Gracia y punto obligado para la inmensa mayoría de los visitantes.

Carlos Hernández, artesano y comerciante de Alta Gracia.

Según explicaron los artesanos a Sumario Noticias, a la hora de evaluar la marcha de este inicio de temporada, "en la calle se ve mucha gente, pero no se traslada así al movimiento económico". Es que hay muchos curiosos que sólo quieren distraer la mirada viendo qué hay. Y entre quienes compran, prevalece el cuidado del bolsillo: muy pocos eligen algo por arriba de los $250.

Es que, según explicaron, después de gastar en alojamiento y gastronomía, los turistas destinan los pesos que les quedan a los souvenires.

La idea de llevar "recuerditos" se materializa en la elección de imanes, que son elocuentes y de bajo costo. Sin embargo, la variedad de artesanías (principalmente fabricadas por Mary, ya que Carlos está todo el día frente al negocio) lleva la elección de objetos más consistentes. Eso sí, con el correspondiente "Alta Gracia" impreso en alguna de sus partes.