(Alta Gracia, de nuestra redacción) Entre las cuatro paredes de una habitación, en el Centro Vecinal de barrio Paravachasca, cobra vida la Biblioteca Vicky, uno de los espacios más valorados en este barrio de zona norte. Su nombre, recuerda a los vecinos que el trabajo y la gestión son pilares fundamentales en todo centro vecinal, y trae a la memoria la imagen de María Victoria Guerrero Muñoz, o "la Chilena”, como la conocían en el barrio, una de las vecinas que fue la principal promotora de la construcción del edificio del Centro Vecinal y muy importante para el crecimiento del barrio, y en honor a quién fue pensado el nombre de la biblioteca. 

La idea de conformar este espacio, fue siempre una prioridad para la comisión del Centro Vecinal. "Vimos que había necesidades que no estaban cubiertas, principalmente entre los chicos del barrio. Decidimos enfocarnos en la idea de ayudar a los chicos para que pudieran terminar el secundario, y sobre todo para que pudieran visibilizar la posibilidad de asistir a la Universidad. Pudimos ver que los chicos asistían al secundario, pero quedaban a mitad de camino, y muchas veces ni se planteaban la posibilidad de una educación universitaria. Nos parecía interesante poder trabajar la conexión con los libros y los trabajos en los talleres, y las posibilidades que daban este tipo de herramientas, para mostrarles que podían ser otra cosa además de empleados de Becerra o albañiles”, explicó Mariela García, presidente del Centro Vecinal de barrio Paravachasca. 

Además de los libros, desde hace dos años la biblioteca sirve como espacio de contención y brinda talleres de acompañamiento para los chicos. Las actividades se articulan con la Escuela Normal Superior de Alta Gracia, con el objetivo de estimular el acercamiento a la lectura desde diferentes modalidades, tomando por ejemplo la parte lúdica como disparador o realizando intervenciones con cuentos. "La posibilidad de hacer este trabajo fue genial, porque el aporte que ellos hacen es muy rico y se da una construcción colectiva con toda la gente de Alta Gracia, que se acerca para colaborar y aportar material. Queremos que el espacio también se abra a las mujeres, para que puedan empoderarse, intercambiando experiencias y prácticas de la vida cotidiana”, agregó Mariela. 

Hablar de bibliotecas en plena era digital, puede resultar anacrónico, pero esto no es así para la gente de barrio Paravachasca. "Acá los chicos están conectados, pero en general en el barrio no todos pueden acceder a una computadora o el wifi, entonces podemos ocupar ese espacio y trabajar para acercar a los chicos al mundo de los libros. No es una tarea fácil pero trabajamos todos los días con eso. Primero se ven atraídos por los dibujos, porque se nota que no está muy inculcado el hábito de la lectura, pero eso ya es algo. Los chicos cada vez retiran más libros, se utiliza mucho el material, y cuando llegan cosas nuevas es todo un acontecimiento”.