(Alta Gracia, de nuestra redacción) El 10 de diciembre de 2015, Facundo Torres Lima asumía como intendente de la ciudad de Alta Gracia. A poco más de un año de gestión, Torres desanda el camino realizado y evalúa un año signado por las complicaciones económicas producidas por el cambio de modelo. Las obras realizadas y pendientes, la relación con la oposición y la construcción de poder político, son los ejes principales del discurso del primer mandatario municipal.

Muy positiva. En términos de gestión, fue un año muy complicado económicamente, con una transición en el modelo que trajo aparejados quiebres y fisuras que repercutieron en Alta Gracia. No obstante a ello, pudimos tener las cuentas al día, pagamos los sueldos y en estos días inauguramos obras muy importantes. Estoy muy contento, sobre todo teniendo en cuenta que otros municipios tuvieron grandes inconvenientes para cumplir incluso con la prestación de los servicios básicos o para pagar sueldos y aguinaldos. Puedo decir que se administró y se gestionó bien el Municipio. En términos políticos, también la gestión fue muy positiva. A nivel provincial, el Departamento Santa María sigue demostrando homogeneidad al momento de gestionar. Con Walter Saieg y Hugo Testa hemos trabajado en consonancia como lo venimos haciendo. La relación con el Gobernador y todo el gabinete fue muy buena. Como ciudad, tuvimos un lugar preponderante en la agenda de gestión y política. 

Creo que han deteriorado la confianza de los vecinos con respecto a aquellos temas a los que se oponen, porque al oponerse a todo, pierde legitimidad el argumento cuando realmente puede tener una razón de ser. Comenzamos el año casi perdiendo una inversión millonaria y la generación de 150 puestos de trabajo, porque antes de que se presente el proyecto, se oponían a cualquier emprendimiento de un grupo económico. Euclides Bugliotti personalmente me dijo que nunca lo habían tratado tan mal desde un Concejo Deliberante,  en todos los años que viene trabajando, y que decidió quedarse en Alta Gracia por la seriedad con la que fue tratado desde el oficialismo. A partir de ahí, a todas las cuestiones les pusieron trabas. La Unión Cívica Radical no acompañó el proceso del Cine Monumental Sierras, y como ese, los ejemplos sobran. 

Yo fui concejal opositor, pero muchas veces acompañé propuestas que creí positivas. Si bien al principio esta situación nos molestó, hoy creo que nos favorece, porque la sociedad termina enojada de la oposición constante.

Hubo cortocircuitos también dentro del mismo bloque, incluso hubo una reunión en la que usted y Saieg actuaron como mediadores...

Reivindico el trabajo que llevó adelante el bloque oficialista en el Concejo Deliberante, porque no sólo participaron activamente en cuestiones de gestión, sino que cada uno defendió posturas con respecto al mismo tema, pero nunca en la mesa del Concejo, al momento de votar, lo hicimos en forma encontrada. La política es que un concejal me diga ´Facundo estoy en contra` y hay que sentarse y dialogar. Todas las políticas de Estado que llevamos adelante son consensuadas. Hoy estoy muy contento con mis concejales y con mis tribunos de cuenta, porque somos un equipo.  

A mí me gusta decir que todos somos parte de Unión por Córdoba PJ en el Departamento Santa María, pero no voy a ser un hipócrita y contradecirme, porque siempre en los partidos políticos existen líneas internas. Empecé en la política de la mano de Hugo. Después, a través de un acuerdo político, comienzo a trabajar con Walter y terminé muy cerca de él. Ya hace algunos años siento que tengo mi propia forma de pensar y hacer la política, y por eso fui elegido por el Gobernador como una de las caras políticas en el marco provincial. Tengo mi identidad y mi construcción de poder propios. 

Del Gobernador Juan Schiaretti. Desde el día uno, Juan venía a Alta Gracia y decía que yo era el candidato a Intendente. Tengo una relación muy cercana con él. He ganado el espacio para poder plantear mis diferencias. Creo que Schiaretti es un gran dirigente, así que hoy estoy trabajando con los dos pies puestos en su gestión. Por otro lado, José Manuel De la Sota es el dirigente peronista más importante de los últimos 20 años en la Provincia de Córdoba. Es un líder, una persona que todo el mundo respeta y quiere. Pero hoy, está retirado de la faz provincial y por ahí tiene distintas ópticas de la relación nación-provincia. Schiaretti necesita una relación armónica con la Nación. Él y De la Sota no se van a distanciar, juegan al truco sin cartas, en algún momento tienen la obligación de enfrentarse en posturas antagónicas.

Estoy cerca de Schiaretti. Si el Gobernador decide estar cerca o lejos, haremos lo que él decida. Creo que en la política nacional hubo grandes desaciertos, que impactaron muy fuerte en la sociedad, más allá de que coincido con algunas políticas que se llevaron adelante, a las que le falta un cierre. La lucha contra la corrupción fue un estandarte de este gobierno. Es importante que se visibilicen esas cuestiones, para que el ciudadano vuelva a tener confianza en la justicia y en los políticos. Otro acierto fue la federalización de los programas nacionales. Por otro lado creo que sí hacía falta un sinceramiento en las tarifas, sí hacía falta federalizar el subsidio, pero creo que la elección en los métodos fue desafortunada. Al Gobierno le faltó sensibilidad social. 

Cuando nació mi hija, el 13 de junio. Con respecto a la gestión, la primera mitad del año fue muy compleja y complicada. La segunda mitad del año fue mucho mejor, porque en la ciudad pudimos acomodar un montón de cuestiones. Terminamos la gestión en un muy buen momento y soy muy optimista con lo que viene. 

La asignatura pendiente es el Parque Industrial, estoy tratando de conseguir los fondos para llevar adelante ese proyecto. Todos los procesos que comandamos fueron positivos: el problema de tierras en barrio Parque San Juan, en barrio La Perla con el tema de los residuos. Donde hubo problemas y conflicto nos metimos para facilitar y aproximar los intereses contrapuestos.

No. Cuando asumí tuve que hacer ajustes, y lo voy a seguir haciendo. Tuve que sacar gente, bajar contratos, horas extra, fue un ajuste motivado por el momento económico que estábamos viviendo en ese momento. En 2011, antes de asumir, hicimos entre todos la planificación estratégica de lo que queríamos para Alta Gracia. Pusimos objetivos a corto y mediano plazo, en el camino surgieron objetivos nuevos. La obras no se hacen de un día para el otro, tienen como marco una gestión y una planificación. Hoy no hablamos de candidato, hablamos de equipo y de gestión. Estamos asistiendo a un nuevo momento de la política, en donde las ideas vuelven a ser más importantes que las figuras. 

Creo que es muy buena. Siempre hay conflictos, pero lo importante es mostrar apertura. Con el tema de los vecinos de barrio San Juan, yo siempre dejé claro que no voy a permitir que se tomen tierras en Alta Gracia. Nos sentamos, lo charlamos y logramos que el año que viene esos vecinos tengan sus terrenos con escritura.