(Alta Gracia, de nuestra redacción) El próximo lunes 29 de agosto, se cumplirá el primer año del brutal asesinato del sacerdote Luis Jesús Cortés, quien por muchos años se desempeñó como cura párroco de la Iglesia Nuestra Señora de la Merced.

Cortés fue hallado muerto en su domicilio de calle 3 de Febrero 12, cuando un feligrés fue a buscarlo porque no llegaba a una misa que debía oficiar. La puerta y reja sin llave fueron el primer indicio de que algo no andaba bien. El humo que comenzó a salir cuando se abrió la puerta comenzó a presagiar lo peor. El primer policía en llegar encontró el cuerpo del cura, en medio de un frustrado incendio. A pesar de la confusión de las primeras horas, el fiscal Emilio Drazile no tardó en asegurar que se trataba de un homicidio: los golpes, ataduras de manos y marcas de estrangulamiento en el cuello de la víctima le daban la razón al magistrado.

El caso conmocionó a la opinión pública y atrajo la atención incluso de medios porteños, que hasta enviaron a algunos de sus cronistas estrellas a cubrir el caso, como Julio Bazán, de TN. Marchas ciudadanas y presiones políticas caldearon aún más la situación.

A los cinco días, Drazile apresó a Edgar Ariel "Pinguchi” Díaz, quien en una fecha aún no fijada del próximo mes de octubre, deberá enfrentarse a un jurado popular.

Aunque "Pinguchi” Díaz nunca declaró, dos testigos (su padre es uno de ellos) declararon que el joven de 25 años habría reconocido la autoría del crimen. Sin embargo, en la primera oportunidad que tuvo, Díaz le dijo a este medio que él no había matado a Cortés.

El propio Drazile sostuvo que en el hecho habrían intervenido otras personas, aunque no fueron alcanzadas por la instrucción.