El pasado domingo, miles de familias de Argentina celebraron el "Día de la Madre". La festividad surge en la Antigua Grecia como un homenaje a Rea, madre de Zeus y los dioses del Olimpo. Posteriormente, fue mutando. En algunos países, la celebración se hace en fechas que tienen sentido religioso, como el 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción. Actualmente, ha perdido todo sentido religioso y tiene fines comerciales y sociales.

Sin embargo, el Día de la Madre también evoluciona conforme con las ideas de familia que se construyen en la sociedad. El lema "madre hay una sola", ha quedado viejo y poco a poco es desterrado por la visibilización de realidades familiares diversas: tías, amigas, abuelas que crían a las infancias; familias conformadas por más de una madre; personas que se hacen cargo de las criaturas en circunstancias en que las progenitoras no pueden... Poco a poco, la celebración comenzó a adoptar el plural "Día de las madres", con el que ya se la denomina en varios lugares.

Más allá de la s final, el día de las madres paulatinamente visibiliza el labor de la maternidad. Un trabajo durante siglos oculto, comienza a ser expuesto y considerado. Incluso, los dirigentes políticos comienzan a tomar y reivindicar esa imagen en sus discursos. El pasado sábado, en su visita a Alta Gracia, la diputada nacional Alejandra Vigo envió un mensaje a las madres y les deseó que "el domingo no trabajen". Al día siguiente, en un posteo en redes sociales, el presidente Alberto Fernández señaló: "Argentina está en deuda con sus madres. Ellas han aguantado el peso más duro de la pandemia, en especial con los chicos, mientras trabajaban y cuidaban de todos. Ellas han sostenido a las familias y al país. Han sufrido, a veces de manera irreparable, pero su amor y su determinación nos han mantenido. Solo una madre sabe el valor de luchar por la vida. Ellas han sido un ejemplo de resistencia. Ellas son un ejemplo de recuperación".

El día de las madres se convierte de esta manera en una fecha en donde, además de desayunos, flores o regalos, invita a discutir y considerar las cargas desiguales en las tareas de cuidado; los roles de las masculinidades; la violencia de género en sus distintas formas; las licencias por maternidad y paternidad y la distribución justa del trabajo en el hogar.