Edición Impresa Diario Sumario 23 de agosto de 2019

Forcejeo, corridas y gatillo fácil en barrio Cámara

EDICIÓN IMPRESA

Por Andrés Cottini
De Nuestra Redacción

La madrugada del 21 de julio estaba fría, pero agradable. El invierno ya llevaba un mes, pero en la noche cuando Fabricio Farfán fue baleado, la temperatura ofrecía un pequeño respiro. Eran las 5 de la mañana cuando el joven acompañó a su novia a la puerta del local bailable Punto Límite donde ambos se divertían. Hasta ahí, la situación era normal. Se despidieron y Fabricio se dispuso a ingresar nuevamente al boliche y es ahí cuando comienzan los problemas. Si hubiese sabido que al poco tiempo iba a estar 45 minutos tirado en el suelo desangrándose por un balazo, tal vez se hubiese ido con su pareja. Pero no, con ticket en mano, luego de despedirla, intentó volver al local bailable. El encargado de seguridad le negó la entrada. Fabricio entonces se quedó en el pasillo y cuando otras personas salieron, intentó escabullirse y entrar. Pero no pudo hacerlo. El portero lo vio y se lo impidió. Al cabo de un tiempo, volvió a intentarlo y el guardia lo tomó del cuello y empezaron a forcejear. Llegaron rápidamente tres oficiales -dos hombres y una mujer- y finalmente lo sacaron del local bailable.

Según el relato de Agustín Saieg Hermida, abogado querellante, luego de este episodio, Fabricio fue al kiosco contiguo y, mientras tomaba una coca cola, uno de los policías “un morocho fornido y de dientes protuberantes”, lo increpó hasta llegar a sacar su arma y apuntarle. Ante el temor, el joven comenzó a correr y corrió por la avenida del Libertador hasta José Hernández y Agustín Aguirre. Cuando llegó a dicha intersección, vio un remis y le hizo señas para que se detenga. Cuando el vehículo se detuvo, súbitamente descendieron los dos policías hombres con los que había tenido problemas en el local bailable. El mismo policía de la dentadura protuberante intentó agarrarlo con una mano mientras sostenía con la otra su arma reglamentaria. El joven asustado intentó alejarse y, según el relato de la querella, “de espaldas y sin que hayan dado la voz de alto”, el policía disparó el arma de fuego.

45 minutos tirado en el piso
Las balas que el oficial Enzo Alejandro Dimedio habría disparado, impactaron en la parte posterior de la pierna derecha de Fabricio Farfán, por lo que podría deducirse que estaba de espalda. “Perdió casi un litro y medio de sangre. En ningún momento, fue asistido hasta el final cuando una mujer policía detuvo la pérdida de sangre. El que le disparó y el otro policía no hicieron nada. Llegaron otros móviles y lo miraban nada más. Fabricio estuvo tirado en el piso más de 45 minutos. Después la ambulancia lo llevó al Hospital”, expresó Humberto Farfán, el padre del joven. “Fabricio tenía un orificio de entrada de arriba hacia abajo. No tiraron al piso, tiraron a pegarle al cuerpo y tuvo mucha suerte que le haya pegado en la pierna”, expresó el hombre. Según explicó la querella a través de una gacetilla, Farfán ingresó por la guardia al Hospital Regional Arturo Illia y luego fue trasladado al Hospital Tránsito Cáceres de Allende donde estuvo internado hasta ser intervenido quirúrgicamente. 

El proceso
El 26 de julio, Fabricio Farfán se presentó en la Fiscalía e hizo la denuncia. El 2 de agosto, se imputó a Dimedio por Lesiones Graves Calificadas por abuso funcional, agravadas por el uso de arma de fuego. Se le prohibió el acercamiento al domicilio o lugar que frecuente la víctima Fabricio Farfán y sus familiares con una restricción de contacto con la víctima y sus familiares. A su vez, la querella solicitó la Prisión Preventiva para no afectar el normal desarrollo de la Investigación Penal. Por lo pronto, aún no se decretó la detención de Dimedio, por lo que no se puede efectivizar la prisión preventiva. Según explicó el Fiscal Peralta Otonello, “En estos momentos, procesalmente, no es considerado necesario disponer su detención. El imputado está en pasiva, sin el arma reglamentaria y sometido a proceso. Cuando fue citado compareció con su abogado y ha pedido declarar. Eventualmente si hace falta y se lo considere, podremos ordenar su detención”. Según describió el fiscal, “Están trabajando los detectives de Policía Judicial en la investigación del hecho, hemos desclasificado todas las cámaras de seguridad y tenemos un adelanto del informe balístico”. Ottonello aseveró que la semana que viene o la próxima se le tomará declaración al imputado.


Desde la Departamental de Santa María, el Comisario Carlos Destéfani aclaró que “desde el mismo momento que ocurrieron los hechos, se puso a disposición de la Fiscalía y el Tribunal de Conducta todos los elementos que había”. A su vez, aclaró que: “En lo que llevo en la Departamental, éste es el único caso con saldo lamentable. El primer caso donde personal es imputado por herir con arma de fuego. Nosotros estamos todo el tiempo capacitando, llamando personal de afuera de la fuerza justamente para que hablen y tengan los distintos puntos de vista frente a situaciones que uno vive como policía”. 

Situación confusa
Según expresó Saieg Hermida, “Hay una situación confusa, desgraciada, un abuso desmedido de la autoridad, de la función del policía y todavía hay cuestiones que quedan por definirse. Cuando una persona da la espalda y está huyendo, deja de ser una amenaza para el personal policial. Punto número uno, nunca le pueden disparar desde atrás. Segundo, ¿qué los llevan a subirse a un remis y seguir a un sujeto?”.

¿Por qué un remis?
Una de las dudas del caso es por qué los oficiales siguieron al joven y, por qué lo hicieron en un remis. Con respecto a este punto, el Comisario Carlos Destéfani aclaró que “No es lo habitual, pero en algunos casos ocurre que gente que pasa por el lugar y ve que estás en persecución, colabora. Pero no es usual”. Los oficiales no estaban de turno sino que estaban de adicionales en el local bailable. 

Gatillo fácil
Fabricio Farfán es ayudante de su padre electricista y suele encargarse de subir a los postes, colocar los cables y una infinidad de actividades relacionadas con el oficio. Si bien está fuera de peligro, próximamente tendrá que realizar la rehabilitación y recién ahí se podrá saber cuánto le afectará este lamentable episodio. Humberto Farfán, padre del joven manifestó: “Espero que se haga justicia, que se termine el gatillo fácil que desgraciadamente nos toca vivir a todos los altagracienses. Muchos chicos que salen a la calle les puede llegar a pasar lo mismo. Por tratarse de la policía siempre hay temor pero si seguimos con miedo, nunca se van a poder aclarar las cosas. Que se haga justicia y que todos los responsables sean castigados por la ley. Lo único que quiero es que no vuelvan a suceder hechos así”.


 

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