Opinión Por Margarita Zelle 03 de marzo de 2024

Anisacate: sin monumento, los problemas son los mismos

(SN;Por Margarita Zelle) Al asumir la intendencia de Anisacate el pasado 10 de diciembre, Natalia Contini se encontró con una serie de desafíos que, en muchos aspectos, reflejan problemáticas históricas de la localidad. Resulta interesante comparar esta situación con la gestión de su antecesor, Ramón Zalazar, cuyo estilo contrasta notoriamente con el actual enfoque confrontativo de Contini.

Zalazar, a pesar de abordar la administración con sueldos desdoblados y acumulación de deudas con proveedores estatales, logró sortear estas dificultades sin mayores conflictos gremiales ni cortes de suministros. Su estrategia de "desvestir a un santo para vestir a otro" y su habilidad para mantener relaciones aceitadas con las administraciones provinciales y nacionales le permitieron liderar Anisacate durante casi tres décadas.

En contraste, el estilo confrontativo de Contini, respaldado por discursos de oposición al kirchnerismo, demostró ser efectivo en las elecciones de junio y en la proyección de la imagen de la Intendenta fuera de las fronteras locales, como se evidenció con la retirada del monumento a Néstor Kirchner, erigido por Zalazar. Sin embargo, este enfoque no parece ser el más idóneo para gobernar una localidad de gran envergadura, con recursos limitados y una densidad demográfica que desafía cualquier ecuación económica en la prestación de servicios.

El discurso que a Contini le resultó eficaz  en la contienda electoral, hoy no puede traducirse de manera efectiva en la gestión diaria de una comunidad. La realidad de Anisacate, con sus problemas históricos, demanda estrategias que vayan más allá de la polarización política y se enfoquen en soluciones concretas y sostenibles.

En última instancia, la continuidad de los desafíos en la intendencia de Anisacate plantea preguntas sobre la efectividad de diferentes estilos de liderazgo y la necesidad de abordar las problemáticas estructurales de la localidad de manera integral, más allá de las preferencias políticas.

La realidad económica y demográfica de Anisacate implica desafíos significativos. Gobernar una localidad con recursos limitados y densidad demográfica compleja requiere un enfoque más colaborativo. Sin embargo, el estilo inicial de Contini, marcado por despidos y conflictos con diferentes sectores, dificulta la construcción de puentes y la apertura de canales de diálogo esenciales para alcanzar consensos.

En este contexto, se vuelve crucial reflexionar sobre la sostenibilidad de un gobierno caracterizado por la confrontación. Anisacate necesita diálogo para superar los desafíos actuales. La confrontación política puede ser efectiva en ciertos contextos, pero la capacidad para gestionar la complejidad de los desafíos locales exige un enfoque más equilibrado y orientado hacia el consenso. La verdadera eficacia gubernamental en Anisacate será medida por la capacidad de establecer diálogo, construir consensos y abordar los desafíos con la participación de toda la comunidad.

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