Alta Gracia: al falso paciente del Hospital le tocó la vacuna

El hombre -que días atrás había simulado una dolencia para perpetrar un robo- no contaba con el alcance de los sistemas de vigilancia y los operativos preventivos.

Policiales27 de diciembre de 2025Víctor HughesVíctor Hughes
Detenido Hospital AG 20251226 (01)
Imagen generada con Inteligencia Artificial.

(Alta Gracia; SN).- La mañana en Barrio Parque Virrey transcurría con la parsimonia de un sábado cualquiera, hasta que el azar y los contínuos operativos preventivos decidieron que el tiempo se le había acabado. Eran las 09:40 cuando el aire se espesó en la esquina de General López y Aguirre Cámara. Allí, una patrulla preventiva le cortó el paso a un hombre de 39 años. No hubo sirenas de película, solo el seco chasquido de las esposas cerrándose sobre una cuenta pendiente.

El sujeto caminaba con la tranquilidad de quien se cree invisible. Sin embargo, sobre sus hombros pesaba una orden de detención por hurto simple, una carátula técnica para una maniobra que mezcló el cinismo con la oportunidad.

 
El arte del engaño en los pasillos blancos
La historia que terminó en esa esquina de asfalto comenzó el pasado 9 de diciembre, bajo las luces frías del Hospital Regional Arturo Illia. Allí, el ahora detenido ejecutó un guion ensayado: ingresó al nosocomio mimetizándose con el dolor ajeno, haciéndose pasar por un paciente que buscaba alivio.

Pero su dolencia era fingida. Mientras el personal médico se desvivía entre urgencias, el "paciente" acechaba. Aprovechando el descuido de quienes curan, sustrajo varios elementos, entre ellos una notebook. Un botín rápido para un delito que la ley tipifica como menor, pero que golpea donde más duele: en la seguridad de un centro de salud.

Gran Hermano
El anonimato le duró lo que tardaron los sabuesos de la Brigada de Investigaciones en revisar los videos. Fue un trabajo de hormiga, un análisis exhaustivo de los fotogramas de las cámaras del hospital y del monitoreo municipal. Cada imagen fue una pieza del rompecabezas que permitió ponerle nombre al rostro que las sombras del hospital intentaron ocultar.

A pesar del despliegue policial y la precisión de la captura, el destino del sospechoso queda ahora en manos de su historia. Al tratarse de un delito menor -un hurto que no implicó violencia física sobre las personas-, la balanza de la Justicia convertir su pena en una promesa a agregar en caso de reincidencia.

Si el detenido no arrastra un prontuario previo o condenas anteriores, el beneficio de la excarcelación estará sobre la mesa. En el tablero del código penal, un hombre sin antecedentes y un delito de esta escala suelen traducirse en una condena en suspenso y libertad condicional.

Por ahora, el sospechoso duerme en la sede policial a disposición del magistrado interviniente. El lunes o martes, si su pasado está limpio, podría volver a caminar por las mismas calles donde hoy se le terminó la suerte.

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