Con los albores del 21 de septiembre, Bárbara López falleció en el Hospital Arturo Illia. Hacía una hora, había chocado en su motocicleta contra una camioneta Toyota Hilux, conducida por un joven de 21 años. Bárbara tenía 23 y una niña pequeña. Había estudiado en la Escuela de Minería, de José de la Quintana y fue parte de los Exploradores de Don Bosco. Trabajaba haciendo repartos a domicilios en su motocicleta y en la noche del lunes, sufrió un terrible traumatismo de cráneo en el siniestro que acabó con su vida.

El conductor de la camioneta está imputado de homicidio culposo a causa del accidente. El choque se produjo en la emblemática esquina de Sarmiento y Franchini, donde el tránsito es complicado. Se trata de un cruce de dos avenidas muy transitadas, con un distribuidor de circulación en el medio que muchas veces genera confusiones acerca de las prioridades en los conductores y agravado por la pendiente que tiene Sarmiento en la cuadra que dirige hacia el tajamar.

Entre la vegetación, el desnivel y los arcos del bulevar, existen numerosos elementos que complican la visión para quienes deben transitar por esa esquina. La estación de servicios también genera un ingreso y salida constante de vehículos. No se trata de una problemática nueva. En 2016, un grupo de vecinos de barrio Poluyán envió una nota al Concejo Deliberante, solicitando un semáforo en esa esquina. Además, señalaron la necesidad de cartelería recordando la prioridad de los peatones, a quienes muchas veces les resulta casi imposible cruzar la calle.

Cinco años más tarde, el semáforo en esa intersección no existe. Son comprensibles algunas dificultades para la aprobación de esa propuesta. La más evidente es la enorme dificultad que tendrían los automovilistas que debieran frenar sobre Sarmiento cuando están realizando la subida hacia Franchini. Seguramente, obligar a todos los vehículos a detenerse a cero y luego emprender nuevamente la marcha en esa pendiente, podría ocasionar otros accidentes. Otra dificultad son las distintas opciones de giro y el diseño del semáforo para que no se convierta en una parada eterna para los conductores.

Sin embargo, en 2016 se planteó la problemática de la circulación vehicular en esa arteria y cinco años después, continúa sin una solución. La Justicia se aboca a investigar las posibles responsabilidades en este accidente en particular. La muerte de Bárbara despertó una vieja polémica dormida. El tema del tránsito en esa -y muchas otras esquinas de la ciudad- está sobre el tapete hasta que se resuelva el problema. O hasta la próxima muerte.