(Sumario Noticias, Alta Gracia) El crecimiento desmedido de las llamadas “ciudades dormitorio” -por su cercanía a la capital provincial- es un fenómeno que en Alta Gracia se viene experimentando desde hace décadas. Los conflictos que esa tendencia genera, no han sido solucionados.

Las bondades del aire serrano, la “tranquilidad” de una ciudad-pueblo, y la ubicación estratégica para quienes desarrollan su vida laboral en la ciudad de Córdoba, son atractivos que enaltecen a la ciudad y la ponen como uno de los principales destinos elegidos para vivir. Sin embargo, la falta de planificación urbana por parte del Estado -o la lentitud en hacerla efectiva- provocan problemáticas vecinales en los sectores más periféricos.

A principios de noviembre, los vecinos de barrio El Mirador, ubicado sobre la ruta S523, entre Villa Oviedo y el barrio Valle de Alta Gracia, en Anisacate, avivaron un viejo reclamo dirigido al municipio por la falta de servicios básicos. El barrio se fue conformando mediante la venta de lotes por parte del sector privado y algunos datan de hace un década, sin embargo, a pesar de que todos se vendieron con la promesa de servicios, hoy en el barrio El Mirador no hay agua, energía eléctrica, alumbrado ni recolección de residuos.

Los vecinos reclamaron ante al Estado Municipal, pero el primer mandatario de Alta Gracia fue claro al respecto: el loteo no tiene factibilidad ni fue aprobado por la Municipalidad, por ende, no forma parte del área de prestación de servicios de la misma, aunque pertenezca al ejido. Allí donde la Municipalidad no tenía previsto un barrio, de a poco se fue conformando uno, que ahora demanda servicios para poder vivir.

Este ejemplo, cercano en el tiempo, no es el único. Hay algunos que vienen de mucho tiempo atrás, como el que tiene lugar en la zona del Valle Buena Esperanza, y que involucra a las canteras. Alta Gracia ha sido un polo minero durante muchísimos años, mucho antes incluso de que en el sector hubiera viviendas habitadas. Con el tiempo, y encontrando en la zona uno de los mejores escenarios naturales que tiene la ciudad, el sector se fue poblando de familias, que hoy padecen los estragos de la actividad minera y piden soluciones a la Municipalidad. Desde hace varios años, los vecinos de la zona expresan fuertes críticas a la afectación a la salud y el ambiente que la actividad minera genera, tanto en su tarea específica con las explosiones, como con el tránsito pesado. Una vez más, la falta de planificación genera problemas e inconvenientes al municipio que se podrían haber evitado delimitando zonas de resguardo o prohibiendo la urbanización en las proximidades de las canteras. Hoy el problema ya está instalado y es menester resolverlo para preservar la salud de los vecinos.

Los ejemplos de la falta de planificación no sólo atañen a Alta Gracia, sino que son problemas que atraviesan a las poblaciones con crecimiento vertiginoso y que han explotado demográficamente en los últimos años.

Habrá que ver

En la zona norte de la ciudad, a la vera del camino que une la autovía Atilio López con la ruta C-45 comienza a erigirse la nueva planta transformadora de Epec que “abastecerá de energía eléctrica a la ciudad por 30 años”. La obra se instala en lo que, por ahora, es un enorme descampado. Sin embargo, a su alrededor está planificado el barrio Jardín Estancia de Alta Gracia, que ya se comercializa y cruzando la ruta, a varios metros de distancia, se encuentra el loteo de Tres Gracias, que ya está en gran parte habitado.

Qué conflictos vecinales traerá la mega planta, si es que trae alguno, es un capítulo para los próximos años.