Emi D'Ambra, una luchadora incansable

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Sociedad10 de marzo de 2017 Diario Sumario

Por Vanesa Díaz

De Nuestra Redacción

Emilia Ofelia Villares nació en Capital Federal. La vida la trajo a Alta Gracia de la mano de su esposo Santiago D'Ambra. Nunca le convenció mucho la ciudad, volvían a Buenos Aires seguido a pasar horas viendo obras de teatro. Constituyeron una típica familia argentina de clase media, que a su modo se integró a la vida social altagraciense.
Aquí tuvo cinco hijos: Eduardo, Carlos Alberto, Alicia, Ricardo y Gerardo. La última dictadura cívicomilitar le arrebató a dos de ellos: Carlos y Alicia. A partir de la tragedia, la vida no fue la misma y ambos padres sacaron fuerzas del dolor. Primero en  la búsqueda desesperada. Hasta que la certeza de los testimonios abrió paso a la resignación. En ese proceso, el dolor se templó en energía y se convirtieron en referentes en la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Desde el principio de la búsqueda de sus hijos, encabezaron la Asociación de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba. Santiago falleció en 2007 y Emi hace unos días, el 7 de marzo. Unos meses antes, llegó a ver a los genocidas que asesinaron a su hijo, recibir una condena en el marco del juicio por la Megacausa La Perla. Siempre de pie, acompañó el proceso y el 25 de agosto de 2016 celebró la sentencia. En cuanto tuvo la oportunidad, habló de la indiferencia que vivió en la ciudad después de la desaparición de sus hijos. "¿Cómo reaccionó Alta Gracia ante estos hechos?”, le preguntaba un periodista de Sumario en 2010: "Los amigos que creíamos que teníamos se cruzaban de vereda, nos dejaron de visitar, nos dejaron de llamar, pero aparecieron otros que no conocíamos, gente que nunca pensé, de todas las edades. Mi hijo era de los chicos más populares de su grupo, ella era líder natural desde que nació. Ella fue a las monjas, Carlos al Nacional, cuando estaba frente a la plaza”.
Emi dijo cuanto creía necesario ante un funcionario, ante una multitud reunida en la capital provincial o ante el micrófono de un periodista. En 2011, el gobierno municipal de Alta Gracia la distinguió por su labor en Derechos Humanos y el jueves 21 de marzo de 2014,  replicó en la Plaza Solares la tradicional ronda de las Madres de Plaza de Mayo, de la mano de los jóvenes del Colectivo por la Memoria. "Por primera vez en 38 años, Alta Gracia se acuerda que tiene desaparecidos. Es un regalo para mí y para mis hijos”, expresó en aquella ocasión. En 2010, después de su alocución en un acto, un periodista le consultó: "Han pasado 34 años, lleva usted varias décadas de lucha ¿qué le queda por hacer?”. "Seguir en este atril todo el tiempo de vida que me quede”, respondió. Y cumplió. Una de las últimas veces que se la vio, fue entregándole el título de ciudadano ilustre a Osvaldo Bayer, en septiembre de 2016.
La despedida fue austera, discreta. El Colectivo Paravachasca por la Memoria llenó de pañuelos blancos la Plaza Solares. Además de sus familiares se acercaron militantes de Alta Gracia y de Córdoba. Hubo comunicados desde la Asociación de Madres de Plaza de Mayo y de la  Asociación de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba. Los legisladores Ricardo Vissani (Unión Por Córdoba)  y Martín Fresneda (Córdoba Podemos), cada uno por su parte, también brindaron su reconocimiento. Desde el gobierno municipal y provincial, mandaron coronas florales.
Pocas semanas faltan para el Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia. Seguramente, será entonces cuando más se sienta su ausencia y el recuerdo de tanta lucha cobre un mayor sentido. 
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