Pierino Mitrano, el hombre que puso “el cañito”

Edición Impresa12 de agosto de 2011 Diario Sumario
Por Waldo Cebrero Especial Para Sumario “Un puente es un hombre cruzando un puente” Julio Cortazar –Mirá. Mi pieza va ser ahí. La primera de este lado –dice María Ester Tolosa de Mitrano señalando uno de los arcos que se forman bajo el puente recién pintado de verde– No tenés que limpiar pisos ni fregar, y encima está nuevito. ¡Ponte novo. Qué te parece!–, remata en un italiano dulzón. Es baja, lleva un saco de lana gris y se apoya en un bastón para caminar. El pelo blanco asoma bajo un sombrero con una pluma verde. “No me lo saco nunca. En el barrio todos me conocen con el sombrerito”, dice. El barrio es “El Cañito” y el puente bajo el cual María Ester quiere mudarse a sus 83 años, es también –para todo el mundo– “El Cañito”. Era 13 de enero de 1956 cuando María Ester llegó desde Buenos Aires y un muchacho que le echó el ojo se acercó para cargar sus maletas. “Fue un flechazo –dice– yo me hice la indiferente pero a los dos años nos casamos”. El muchacho era Hugolino Mitrano. Hugo. Hijo de Pierino, el “Tano”. El hombre que poniendo un cañito en una vertiente para servirse de agua, puso también –sin quererlo– nombre a un barrio, todo un territorio con identidad en Alta Gracia. (Leer nota completa en la edición impresa N° 473 del viernes 12 de agosto de 2011)
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