Una fiesta sin identidad propia

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Edición Impresa 22 de diciembre de 2021 Diario Sumario

El Encuentro de Colectividades nació como una propuesta para homenajear a las familias inmigrantes que se establecieron en Alta Gracia cuando se cumplían cuatrocientos años de la fundación de la ciudad. Fue una de las tantas actividades previstas para conmemorar un nuevo centenario. En sus orígenes, en 1987, la primera edición se llevó a cabo en el tajamar, junto al Reloj Público -erigido en 1940 para celebrar la declaración de la villa en ciudad- y el predio se mantuvo hasta 2011.


Treinta y cinco años más tarde, las discusiones que rodean a la fiesta son similares a los debates de un festival que se encuentra en gestación. Las Colectividades de Alta Gracia se instalaron como una de las actividades más convocantes a nivel provincial en la temporada de verano, pero en la ciudad que las vio nacer todavía no están claros la identidad ni los objetivos para la fiesta. Los interrogantes acerca de para quiénes se hace el encuentro, si se promueve el turismo o realizar actividades culturales para la población local y si el fin primordial es el de ganar dinero para la ciudad o invertir en espectáculos y eventos cruzan de manera transversal la organización de cada edición. Año a año, el Concejo Deliberante analiza el balance del festival y debate acerca del gasto que ha implicado o los beneficios que trajo la fiesta.


En los años 90, la fiesta se realizaba en el Tajamar, la recorrida por las carpas era gratuita, se podía ver el escenario desde detrás de la zona de plateas sin abonar entrada y quienes lo deseaban, compraban un bono contribución a los Bomberos Voluntarios y participaban por el sorteo de un automóvil cero kilómetros. Los peatones se apresuraban por Avenida Belgrano para llegar al predio antes de que, a las diez de la noche, Carlos Franco bramara “Todo el mundo en Alta Gracia” y los fuegos artificiales iluminaran el cielo altagraciense. 


Artistas de gran renombre desfilaron por el Milo Morcillo y deleitaron con su música: Mercedes Sosa, Jairo, León Gieco -que acudió en varias ocasiones con una joven promesa llamada Abel Pintos-, entre muchos otros más. La década del 2000 apenas había comenzado cuando se incorporó el cobro de entrada para el predio del tajamar. En aquel momento, el precio propuesto fue de un peso. En la economía de la época, era un valor sumamente accesible. Nadie dejó de ir a Colectividades porque hubiera que pagar ese precio. 


Históricamente, el Encuentro Anual de Colectividades sirvió como una gran pantalla para los intendentes de turno. La transmisión en televisión, que la Comisión Organizadora pagó durante muchos años, les permitía a los mandatarios llegar a las salas de innumerables hogares cuando inauguraban la fiesta o le entregaban algún presente a los artistas más convocantes. Ya sin las cámaras de la televisión, en 2012, el espectáculo adquirió un matiz internacional con la noche de cierre a cargo de Ricardo Montaner. Eran las primeras Colectividades a cargo de Walter Saieg, que llegó al gobierno local con grandes promesas que incluían una gran proyección provincial: la recuperación del Cine Teatro Monumental Sierras (iniciada el primer día de su gobierno) o la apertura del Boulevard Pellegrini, que se anunció en su primer acto de inauguración de sesiones ordinarias como la realización de un paseo colonial son algunos casos para mencionar. En ese contexto, el intendente de Alta Gracia necesitaba una actividad que pudiera compararse con el Festival de Peñas de Villa María o eventos a nivel nacional.


En la gestión de Facundo Torres Lima, los artistas fueron figuras de renombre nacional en su mayoría. Al igual que Saieg, el actual Ministro de Gobierno buscaba construir una imagen provincial. Gigantografías mostraban en todas las rutas de Córdoba el rostro del intendente junto a la leyenda “Alta Gracia, tierra de festivales”. 


Espectáculos con altos caché implicaron costos mayores para la realización de la fiesta y eso se reflejó en el valor de las entradas. En 2019, ingresar al predio rondaba los 500 pesos (dependiendo la anticipación con la que se las adquiriera y el artista que subiera al Milo Morcillo cada noche). Para una familia tipo, implicaba un gasto de dos mil pesos, sin comer ni tomar nada. 


Un debate que no era nuevo adquirió más fuerza en esos años: ¿Para quién se realiza Colectividades? La discusión se centró en torno a un festival que compitiera con los principales de la provincia y atrajera numerosos turistas o una celebración que acercara la cultura de distintos lugares del mundo y la actuación de artistas populares a los altagracienses.


La asunción de Marcos Torres Lima en el ejecutivo municipal implicó un giro de 180 grados en la evolución que la fiesta llevaba hasta entonces. Dejando completamente de lado el glamour de las presencias internacionales, pero sin resignar a los artistas de renombre con triunfo asegurado como Abel Pintos, en 2020, el Intendente le incorporó la palabra “austeridad” al festival. Sin plateas, con solo algunas tribunas en un costado del escenario y con entradas accesibles, el encargado del Ejecutivo asegura que quiere una fiesta para toda la población de Alta Gracia. Las publicidades de la gestión municipal en la ciudad de Córdoba y la cartelería en las rutas más transitadas fueron algunos de los gastos que recortó apenas asumió en la intendencia. Los intereses de Marcos Torres Lima, al menos por ahora, no parecen apuntar a la proyección puertas afuera de la ciudad.


En 2020, el plan funcionó y en 2022, el Intendente busca repetirlo. Las entradas anticipadas tendrán valores de entre 300 y 500 pesos. No son el monto insignificante de los primeros ingresos, pero tampoco es una cifra absolutamente privativa. "Quien quiere sentarse a ver un músico y pagar una entrada, tiene el Cine Teatro Monumental Sierras todo el año" asegura Marcos Torres Lima, dejando en claro que la eliminación de las plateas será un sello de su gestión. "Colectividades tiene que ser una fiesta para la familia" agrega. 

Las otras Colectividades
Mientras se define el rumbo que debe tomar el Encuentro Anual de Colectividades, surgió en Alta Gracia una actividad para homenajear a los inmigrantes. El 4 de septiembre, cuando se celebra el día de quienes emigraron de su lugar de origen y se instalaron en Argentina, se realizó una celebración en la Plaza de los Inmigrantes. La invitación señalaba: "Se trata de una convocatoria cultural, porque creemos que en la ciudad donde su fiesta principal es el Encuentro Anual de Colectividades, el reconocimiento a quienes eligieron esta tierra para habitarla y hacerla crecer es importante y significativo para todos". Si las Colectividades tuvieron en algún momento de su historia una marcada impronta de las familias inmigrantes, hace tiempo que la han perdido. Mientras tanto, grupos que se relacionan con las distintas nacionalidades organizan una nueva celebración que parece nacer con el mismo objetivo del festival más convocante de la ciudad.  


El debate está lejos de ser saldado. En 2022, se realizará el 34 Encuentro Anual de Colectividades, una fiesta que atravesó más de tres décadas sin poder encontrar su propia identidad. Cabe preguntarse entonces acerca de si alguna vez se buscó realmente ese rasgo propio o si, por el contrario, ha servido para los intereses de los gobernantes de turno sin tener un plan continuado por más de cuatro u ocho años, como mucho. 
 

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