Lo que el granizo nos dejó

EDICIÓN IMPRESA

Sociedad15 de diciembre de 2017 Diario Sumario
Por Melisa Antunez
De Nuestra Redacción
 
Hacia la temporada, ofrecen créditos para comerciantes
 
Tras los veinte minutos de pedrea en seco del pasado miércoles 29 de noviembre, toda Alta Gracia quedó herida. Autos, carteles, techos de viviendas, vidrios, jardines y en general toda la infraestructura familiar y comercial de la ciudad recibieron duros golpes por el tamaño de las piedras, que asemejaban una pelota de ping pong.

La Secretaría de Desarrollo Social, Defensa Civil y la Secretaría de Gobierno, estuvieron trabajando hasta la medianoche, asistiendo con chapas, colchones, frazadas y nylon a los vecinos que sufrieron daños en sus viviendas. 

El Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia "nos dio un fondo para ayudar en la reparación de viviendas dañadas. Nos transfirió 400.000 pesos destinado a solventar los problemas en los techos, a la entrega de colchones y cobijas, que se comenzó a distribuir ese mismo día”, manifestó Edgar Pérez en una entrevista en el piso de Tiempo de Valientes.

Por otra parte, Marcos Torres Lima indicó a este medio que "fueron 45 las viviendas afectadas gravemente”, ubicadas en barrios La Perla, Primero de Mayo, General Bustos, Parque Virrey, Parque San Juan y Villa Oviedo, según el relevamiento realizado desde la secretaría de Desarrollo Social. 

Después de dos semanas de la tormenta, el Intendente Facundo Torres Lima, dio a conocer una línea de créditos destinada a los comercios damnificados. Concretamente se concederán créditos sin interés y de hasta 40 mil pesos, para la renovación de la cartelería y otros daños de los comercios azotados por la piedra. Un total de 1.200.000 pesos, que otorgará el Municipio con fondos propios. Según anunció Torres Lima "apuntamos a abordar una temporada en la que el turista se lleve una buena imagen de la ciudad; y los carteles dañados crean una imagen fea del casco céntrico, que atenta contra las posibilidades del comerciante para captar gente”.

La propuesta del oficialismo debía tratarse sobre tablas en la última reunión del Concejo, pero ante la oposición del bloque radical, pasó a comisión. En esa sesión, también estuvieron presentes Cecilia Pérez Contreras y José Luis Buoni, del Centro de Comercio, con la intención de vincular los créditos con la propuesta del Centro Comercial a cielo abierto. Habrá que esperar una semana más para ver qué pasa con los créditos destinados al comercio. 
Facundo Torres y Mariela Auer

Ante la pregunta formulada por Sumario, el diario de los viernes, si se prevé una línea de créditos para viviendas también afectadas por el temporal, el Intendente respondió que el vecino debe llegarse a la oficina de Desarrollo Social, completar un formulario detallando daños y luego desde el Fondo de Emergencia de la Provincia de Córdoba "llegará el dinero que se destinará a la ayuda de estas familias”, indicó. Además, remarcó que después de la tormenta habló con el Gobernador de Córdoba, quien le confirmó que el Fondo de Emergencia iba a estar destinado a resolver los problemas más graves de las viviendas.

"Estamos tranquilos - indicó el Intendente - porque sabemos que el dinero para esas familias llegará”.
 
Aún hay sectores muy afectados
 
El operativo de ayuda municipal dispusto el mismo día de la tormenta relevó los reclamos de los que dieron cuenta los funcionarios (ver página 6).

Sin embargo, este medio caminó los barrios Primero de Mayo, General Bustos y Liniers, en los que pudo observar daños serios, de diferente magnitud según los barrios aunque con un denominador común: reclamos de vecinos no alcanzados por la asistencia. 

Yanina, de barrio 1º de Mayo, dijo que la tormenta no sólo le rompió su techo sino que lo desplazó. Esta mujer, que convive con varios hijos, uno de ellos discapacitado, señaló los daños del interior de su de su casa y se lamentó de que ni Desarrollo Social ni Defensa Civil pasaran por su casa. Además, insistió en que en este barrio viven al menos 300 familias y todas fueron afectadas.  
 

En un almacén de la zona, un grupo de vecinas se quejaba de las carencias históricas de estos barrios. Una de ellas, Carolina sabe que a todos los afectó mucho, pero se conmovió con la situación de otra vecina. La mujer vive en una casa de madera con sus dos hijos, su madre y dos sobrinos y la tormenta produjo que su techo se cayera por completo. Hasta el momento, no ha recibido ayuda alguna de la Municipalidad, según cuenta.

Marcelo y María, una pareja de 1º de Mayo, mostraron cómo quedó el techo de su pequeña casa, ahora algo más protegida gracias a unos compañeros de trabajo de Marcelo que le dieron una mano. La pareja recuerda que esa noche un vehículo de la Municipalidad pasó por su casa y le pidieron que vean cómo se había llovido todo. "Ya volvemos, dijeron, y nunca lo hicieron”.
Lorena, otra vecina, dijo que Defensa Civil pasó por su casa y pidió permiso para sacar fotos. Le dijeron que "esas fotografías iban a llegar a manos del Intendente y que tendría una solución”. Mientras tanto y a pesar de haberse inscripto en el registro de Desarrollo Social, sigue a la espera de que le den una solución, para que una lluvia o pedrea no le inunden nuevamente la casa en la que viven siete personas.

Laura, de barrio Liniers, vive sola y apenas se arregla con su pequeña jubilación. La piedra le destrozó el techo y el agua inundó su casa llevándose por delante colchones, electrodomésticos y muebles. El presupuesto para el arreglo del techo, sólo en materiales, supera los 15.000 pesos. En este momento, ha pedido un crédito al banco, pero piensa que no se lo van a dar y que, una vez más, deberá acudir a la ayuda de sus hijos.
 
Volver a empezar después de la pedrea
 
Las frutas y las verduras de los productores locales han desaparecido de la oferta, porque las grandes huertas familiares y comerciales quedaron devastadas. Los autos que se salvaron de la pedrada se estacionan en jardines destrozados. Hasta las viviendas más lindas de los barrios acomodados han tenido que llamar al vidriero. Y aunque las compañías de seguros no se arriesgan con cifras en pesos, reconocen que cada día reciben más y más denuncias por las abolladuras de los autos.

Algunas de las aseguradoras más conocidas valoraron la situación  en números de vehículos afectados.

Las aseguradoras
Una compañía de seguros recibió 150 autos afectados por la pedrea y rotura de parabrisas. Cada vehículo ha sido revisado por un inspector y de allí los dueños de cada auto deben presupuestar con personal que realice chapa y pintura. Luego esperar el turno en el tiempo que cada chapista le indique, debido a la demanda de su trabajo. 
 

Otra conocida empresa recibió reclamos correspondientes a 130 vehículos. Informados de los daños, se resuelve el camino a seguir con una inspección. A partir de allí, los vehículos van al chapista. El costo aproximado para un coche mediano ronda los 20 mil pesos.

Vidrios
La consulta a un vidriero particular nos indicó que, luego del temporal, su trabajo aumentó muy rápidamente en un 70 por ciento. La gente sufrió desde la rotura de un vidrio pequeño de la puerta de su casa hasta grandes ventanales. De todos modos, remarcó que ante la urgencia y la necesidad, es bastante generalizada la actitud de algunos de aumentar los precios.

Lo cierto es que cambiar un vidrio de una ventana normal cuesta entre 270 y 300 pesos, pero ante el inmenso aumento de la demanda la gente paga bastante más o se arma de paciencia para esperar un turno con los vidrieros más honestos.

Huerta San Isidro:
Se salvó una pequeña parte
La Secretaría de Agricultura Familiar, a partir de la gran pedrada de 2015, gestionó mallas antigranizo para cubrir lo sembrado. El gobierno nacional demoró casi dos años en entregarlas y en septiembre se instaló esta costosa protección en la huerta de Anizacate. De este modo, los productores pudieron cubrir el 25% de su huerta. Pero el resto, unas 3 hectáreas, fueron totalmente arrasadas.

Huerta Herlinda:
La destrucción fue total
Herlinda y su familia viven de la producción de su huerta de 1 hectárea. Pero la piedra destruyó todo; la inversión, las semillas, el trabajo, el tiempo y la que preveían iba a ser una gran cosecha. Sólo las verduras que estaban muy pequeñas comienzan a crecer, pero del resto no quedó nada.Pasada la tormenta, Herlinda trata de resguardar los brotes verdes con una media sombra, por si vuelve la piedra.








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