
Una madrugada de fuego en el barrio Liniers dejó el saldo más amargo: dos niñas muertas, una madre herida y un vecindario marcado por la tragedia.
Cuatro allanamientos, una detención y demasiadas preguntas sin responder. El pasado vuelve a tocar la puerta de Santa Ana con la hoja afilada.
Policiales26 de julio de 2025(Santa Ana; SN) Santa Ana amaneció con los nudillos de la ley golpeando en más de una puerta. Fue temprano, cuando el frío de la ola polar que llega aún se colaba por las hendijas y los vecinos miraban por las ventanas sin correr del todo las cortinas. Cuatro domicilios, una orden de fiscalía y un objetivo: atrapar al hombre que, una semana atrás, entró a una casa con un cuchillo en la mano y el miedo en los ojos de los que lo vieron entrar.
Tenía 31 años y un historial tan largo como una noche sin luna. Ya lo conocían. No por su nombre, sino por lo que dejaba atrás: puertas rotas, amenazas susurradas con filo, cosas que desaparecían y gente que no volvía a dormir tranquila. Esta vez, dicen, fue más allá. Se metió en la casa cuando todavía olía a cena. Adentro, una familia. Él, con un arma blanca. Palabras cortantes. Cosas que se llevó, y otras que dejó: el espanto, por ejemplo.
La Brigada de Investigaciones no durmió mucho desde entonces. La calle habló. Las pistas se movieron despacio, como suele pasar cuando el miedo no deja hablar a nadie. Pero al final lo encontraron. Y con él, objetos que podrían cerrar el círculo de lo robado.
No hubo persecución de película. Solo un operativo quirúrgico. Sin estridencias. Sin héroes. Solo un hombre que alguna vez eligió el atajo y no supo salir de ahí. Lo subieron a un móvil. Lo bajaron en una dependencia. Ahora espera. La Justicia tiene la última palabra, pero Santa Ana ya lo había condenado hacía rato, con la sentencia silenciosa del que se acostumbra al sobresalto.
Dicen que participó en varios hechos parecidos. Que el libreto siempre era el mismo: el filo, la amenaza, la huida. Hoy el telón bajó. Pero en Santa Ana nadie aplaude. Porque en este tipo de historias, ni el final trae alivio.
Una madrugada de fuego en el barrio Liniers dejó el saldo más amargo: dos niñas muertas, una madre herida y un vecindario marcado por la tragedia.
En menos de dos semanas, el local gastronómico Sicilia fue robado dos veces en pleno centro de Alta Gracia. El comerciante denunció la impunidad con la que actúan los delincuentes y cuestionó la respuesta policial.
Un hombre de 42 años fue atropellado por una camioneta mientras circulaba en bicicleta. Sufrió un traumatismo en la pierna y fue trasladado a un hospital en Córdoba.
El automovilista de 44 años chocó en el kilómetro 54 de ruta 5 y fue auxiliado por el personal de Bomberos.
Un Toyota Corolla fue robado en Santa Ana y recuperado en barrio Cámara, Alta Gracia, tras un operativo policial que incluyó monitoreo de cámaras y patrullajes coordinados.
La Motomel había sido sustraída en la madrugada en barrio Norte. Fue hallada pocas horas después en barrio Sabattini, tras un operativo apoyado por cámaras de seguridad.
Un hombre de 42 años fue atropellado por una camioneta mientras circulaba en bicicleta. Sufrió un traumatismo en la pierna y fue trasladado a un hospital en Córdoba.
Jorge Guía, referente político de la localidad, presentó oficialmente Fuerza Vecinalista, la primera fuerza de origen local en la historia de Falda del Carmen.
En menos de dos semanas, el local gastronómico Sicilia fue robado dos veces en pleno centro de Alta Gracia. El comerciante denunció la impunidad con la que actúan los delincuentes y cuestionó la respuesta policial.
Una madrugada de fuego en el barrio Liniers dejó el saldo más amargo: dos niñas muertas, una madre herida y un vecindario marcado por la tragedia.
Cuatro allanamientos, una detención y demasiadas preguntas sin responder. El pasado vuelve a tocar la puerta de Santa Ana con la hoja afilada.