Alta Gracia: “Mi hijo podría haber muerto... y encima tengo que soportar amenazas”

(SN; Alta Gracia) Luciana Agüero, madre del niño que sobrevivió a una descarga eléctrica el domingo por la noche en Alta Gracia, relató el dramático episodio en el que su hijo se salvó “de milagro” luego de que el caballo que montaba muriera electrocutado al pisar un charco de agua con un cable pelado.

Según su testimonio, el hecho ocurrió alrededor de las 20, cuando el menor paseaba junto a su padre. “Mi hijo volvió del colegio y quiso dar una vuelta. Su papá lo ayudó a ensillar el caballo, que era un regalo de su abuelo. En un momento pasaron por un charco, el caballo se electrocutó y cayó encima de mi hijo. Si no fuera por el apero, hoy estaríamos hablando de otra cosa”, dijo Agüero.

La mujer explicó que el animal murió en el lugar y que su hijo sufrió golpes y moretones. “Le duele todo, tiene el pie morado y el brazo raspado, pero está bien. Ayer estaba en shock; hoy llora y recuerda lo que pasó”, contó. También adelantó que evalúa acompañarlo con asistencia psicológica “para que no quede con ese trauma”.

Agüero responsabilizó a un vecino por una conexión eléctrica irregular que, según indicó, salía de una vivienda, cruzaba la calle y abastecía a un negocio lindero. “Es una conexión clandestina. El cable pasa por el pino de su casa y entra al local que está al lado de la mía. Cuando filmé para mostrarlo, empezaron los insultos y las amenazas”, aseguró.

Dijo que radicó una denuncia por amenazas y que el hecho fue intervenido por personal de EPEC. “Vinieron enseguida, cortaron el cable y me dejaron un número de informe. Se portaron excelente”, señaló.

La mujer relató además que los conflictos con el mismo vecino son de larga data. “Tuvimos problemas por ruidos, desagües y agresiones. Hemos hecho denuncias, pero siempre termina igual. Esta vez no me callo más, porque podría haber muerto mi hijo”, afirmó.

Sobre el final, Agüero agradeció el acompañamiento recibido y expresó el dolor por la pérdida del animal: “Para muchos será un simple caballo, pero para nosotros no. Era parte de la familia. Mi hijo pidió quedarse con una herradura para recordarlo. Dicen que fue tan fiel que hasta le salvó la vida”.