Las llamas que vuelven y devoran

(Sumario Noticias, Córdoba) Este fin de semana las llamas enlutaron a la provincia, cuando los incendios golpearon el norte de Córdoba en los departamentos Tulumba y Traslasierra. En el primero se cobraron dos vidas y dejaron a una persona con heridas de gravedad. Los esfuerzos combinados de los bomberos y los equipos técnicos no pudieron evitar el trágico desenlace.

Los incendios comenzaron el viernes, en la zona de Caminiaga. Las condiciones climáticas desfavorables hicieron que el mismo se expandiera. El saldo del fin de semana, fue de 40 mil hectáreas incendiadas. Según informó el portal de La Voz, en el Paraje San Felipe de la localidad Villa de María, al norte provincial, personal policial detectó un Volkswagen Gol incinerado. A unos 10 metros, sobre la banquina, yacía sin vida Miguel Antonio Armas (de 48 años), según confirmó Defensa Civil de la Provincia. En San José de la Dormida, en el kilómetro 836 de Ruta 9 Norte, la Policía encontró otro vehículo quemado: esta vez un Ford Ka. También al costado de la banquina y totalmente incinerado. Allí se identificó el cuerpo sin vida de Namir Cáceres Mdaled (21). A pocos metros estaba su hermano Jesús (27), quien fue auxiliado y trasladado al nosocomio local, y a posterior al Instituto del Quemado, gravemente afectado por quemaduras.

Los incendios habrían sido ocasionados por “la caída de tres rayos”. Al mismo tiempo, se estudiaban las posibles causas del nuevo foco que se originó en la jornada del domingo. 

El escenario, sin ser tan trágico, también pudo verse en esta parte de la provincia. El viernes al mediodía, dos dotaciones de Bomberos Voluntarios trabajaron para contener un incendio en la zona del camino de Los Lecheros. El mismo tenía, un frente de 100 metros aproximadamente y fue controlado. Poco después de conocerse el episodio, trascendidos indicaron que el inicio del foco habría sido iniciado de manera intencional.

Algo similar, y que ya no reviste una novedad en sí misma, ocurrió en el predio de poda de Villa Los Aromos, donde un nuevo incendio se desató el sábado 2 de octubre. En agosto, en menos de una semana, se vivieron dos episodios iguales también en el mismo lugar. “La comuna es responsable por la desidia y la falta de políticas claras frente a este estado de situación que pone en riesgo no sólo la vida de quienes habitan este territorio sino también a los bienes comunes de todo nuestro valle”, afirmaba por aquellos días Laura Obolevich, miembro de la Asamblea Paravachasca. La misma Asamblea, ya había denunciado en mayo de este año, una quema programada de poda en una zona roja de conservación de Bosque Nativo en Villa Los Aromos. 

Sin embargo, la diferencia en esta oportunidad es que las autoridades comunales aseguraron que el predio ya no es su responsabilidad, porque no se habría renovado el contrato con los propietarios del campo, deslindándose holgadamente del tema, para que otro se haga cargo. La policía informó posteriormente que le incendio también había sido intencional.

El clima cada vez más caluroso y los vientos que suelen azotar la zona conforman un combo sumamente peligroso en esta época del año, cuando los primeros daños del 2020 aún no se han remediado. En agosto, el fuego arrasó con 47 de 50 cabañas en Potrerillo y con 10 viviendas en Villa El Cóndor. El principal temor que persigue a los cordobeses es repetir el lamentable y fatídico escenario que se vivió el año pasado en la provincia, con casi 350 mil hectáreas arrasadas por el fuego.

Imagen de archivo.