Conductores y "enpanicados"

Tras superar un intento de zancadilla del Tribunal de Cuentas -que jugó a las escondidas para tratar de frenar el inicio de las obras en la Avenida del Libertador- el Intendente que está a 70 días de jugarse su reelección multiplicó esfuerzos por sacarle brillo a la gestión.

Convencido de que su suerte se juega a todo o nada en acciones de gobierno que gozan de una mayoritaria aprobación ciudadana, Marcos Torres Lima no pierde ocasión de enumerar la iluminación completa de la ciudad con tecnología led, la ampliación de la planta potabilizadora, la obra de la calle Lucio Rossi, la construcción de un nuevo centro de salud y las urbanizaciones en los barrios, entre otras realizaciones.

De un tiempo a esta parte, y a tono con la campaña que viene, el jefe del gobierno de Alta Gracia condimentó con política esa enumeración, respondiendo una a una a las críticas de sus adversarios. Quizá la más gráfica fue a quienes cuestionaron la inversión de 1.200 millones de pesos en la proyectada puesta en valor de la principal avenida de la ciudad, planteando que hay otras prioridades: "Por supuesto que con dinero municipal las prioridades son otras y así las hemos fijado, pero la obra de la Avenida del Libertador la paga la Nación, con fondos que no son reembolsables y que tienen ese destino y no pueden ser utilizados en otro... ¡Más de diez veces viajé a Buenos Aires a gestionar esa obra! ¿En serio proponen dejar pasar esa oportunidad? ¿Cuándo creen que Alta Gracia contará con 1.200 millones de pesos para encarar esos trabajos?", disparó el Intendente el pasado viernes en el programa 2023 Travesía Electoral (Siempre Radio 93·3, viernes de 9 a 13).

Los números de la elección provincial, en la que Facundo Torres Lima resultó electo Legislador por Santa María, también son leídos como una fortaleza. Es que aunque el ministro se impuso por escaso margen en la ciudad, amplió la diferencia en el Departamento y se convirtió en el único de los distritos grandes (a excepción de Capital y San Justo) donde Hacemos Unidos Por Córdoba se quedó con la banca.

Los enpanicados

Dos son los desafíos principales que enfrenta Marcos Torres Lima en su carrera por su continuidad al frente del gobierno. El primero, traducir en votos el apoyo ciudadano a su gestión. El segundo, neutralizar y minimizar las revueltas internas, que las hay de distinto tipo. Ambas metas están relacionadas, ya que la segunda puede conspirar contra la primera.

El propio Intendente reconoció en la misma entrevista que se está discutiendo en el círculo más cerrado del equipo, que integra junto a su hermano Facundo y Hugo Testa, la posibilidad de "oxigenar" las próximas listas de candidatos a concejales, aunque la relativizó sosteniendo que aún no hay nada definido.

Esa alternativa hace tiempo que tiene en pánico a la mayoría de su gabinete y hasta la propia bancada oficialista en el legislativo municipal. Se juegan muchos intereses y situaciones laborales en las que cuesta entender que los cargos políticos van... y vienen. O más bien, al revés.

Sin embargo, sin capacidad de hacer política por cuenta propia, esa enorme mayoría de funcionarios no tiene mucho más remedio que enfrascarse en una soterrada guerra (a veces no tan disimulada) para conseguir la bendición del líder del proyecto. Y resultan abominables las cosas que algunos están dispuestos a hacer -y sin que nadie se las pida- con tal de ganarse la codiciada gracia. 

El factor Ortiz

Distinta es la situación de quienes tienen juego propio, como el caso de Pablo Ortiz. El dirigente reasumió en el Concejo Deliberante formando un bloque unipersonal, con la indisimulada intención de marcar diferencias. Marchó hasta el recinto acompañado de una veintena de referentes barriales, algunos de ellos cabeza de centros vecinales. Y a partir de allí, no perdió el tiempo: permanentes recorridas y actividades en distintos barrios, presencia mediática, fuerte gestión en redes y hasta cartelería callejera.

Además, Ortiz sumó a sus filas a un consultor y asesor de campaña, mientras ultima preparativos para presentar una alianza de partidos políticos apelando a los varios sellos que suelen estar disponibles. Esta opción permite inscribir un nombre nuevo, una alternativa superadora.

Y aunque se tratara de un movimiento dirigido a forzar definiciones en una negociación que aún no está cerrada, va instalando que el funcionario más político del gabinete -y con gestión para mostrar- está dispuesto a romper y jugar solo. 

Tanto Ortiz como Torres Lima admiten que las conversaciones continúan, pero los tiempos para las definiciones quedan atados a los plazos de presentación de alianzas y listas. Uno las estira hasta el último momento, el otro demanda reaseguros que eviten eventuales traiciones que lo dejen afuera de la cancha.

En el entorno amarrado a la suerte del Intendente, la desesperación se expresa en funcionarios con rostros tensos, que contrastan con la de su jefe que repite -a quien quiera escucharlo- que su confianza está puesta en la gestión.

No tan Juntos

En la oposición de Juntos Por El Cambio, la fecha de presentación de alianzas también tensa las conversaciones. A pesar de la elección que hizo Leandro Morer, quien en Alta Gracia perdió por escaso margen la banca de Legislador Departamental que disputaba con Facundo Torres Lima, en el espacio propio le quitaron brillo a esa perfomance.

En la Unión Cívica Radical, la mayoría de los referentes sostuvo que el exconcejal se benefició por el efecto arrastre de Luis Juez, en tanto algunos de ellos -como Marisa Carrillo, Amalia Vagni y Martín Barrionuevo- ratificaron su voluntad de encabezar la lista municipal el próximo 17 de septiembre.

Por otra parte, el PRO también se anotó para encabezar una eventual colación opositora, al tiempo que relativizó dar por sentada la continuidad del actual acuerdo en la ciudad.

Con ese panorama, Morer se subió al auto y se fue a Río Cuarto unos días, quizá esperando que lo vayan a buscar cuando terminen de pelearse por los cargos que garantiza la derrota.