Una espera insostenible

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Edición Impresa15 de mayo de 2020 Diario Sumario

El pasado 13 de mayo se cumplieron dos meses desde el último día en que las escuelas argentinas recibieron a sus estudiantes. Nunca, en ningún otro periodo, los establecimientos educativos estuvieron tanto tiempo con sus puertas cerradas. Ni siquiera durante las vacaciones de verano. La escuela se trasladó a computadoras y celulares, como se pretendió que se realice la mayoría de las actividades laborales. Livings, dormitorios, cocinas, monoambientes incluso se convirtieron en oficinas improvisadas cuando comenzó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio. Poco a poco, algunas actividades se fueron liberando y permitieron, bajo diferentes protocolos, el retorno a los ámbitos laborales: es el caso de los comercios, las obras privadas y algunas profesiones liberales.

Sin embargo, queda un amplio espectro de sectores que aún no pudo regresar a sus trabajos y cuyos ingresos se vieron reducidos drásticamente: gimnasios, bares, restaurantes, hoteles, músicos, actores, trabajadores del espectáculo, entre otros. A esas labores formales, se les suma un gran abanico de tareas informales: empleados de casas particulares, niñeros, cuidadores de personas mayores, artesanos, naranjitas, vendedores ambulantes y un inmenso “etcétera”. Para las familias que no han podido trabajar desde el 20 de marzo o antes incluso, el Gobierno Nacional implementó el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), una ayuda de 10 mil pesos para paliar la situación de urgencia. Más allá de la intención del Estado presente, esa asistencia resulta absolutamente insuficiente cuando se trata de la única entrada de dinero a un hogar en dos meses. Para las empresas, se implementó la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) que consiste en el pago de la mitad de los sueldos por parte de la ANSES.

 

El Banco Central prohibió descuentos sobre el IFE

 

Con distintas realidades, un amplio sector de la sociedad se mantiene en una espera que a muchas familias les resulta ya insostenible. En algunos casos, se trata de emprendimientos o comercios que llevan ya dos meses cerrados, como los gimnasios, pero deben seguir afrontando los gastos de alquiler, luz, gas, telefonía, salarios y una larga lista que podría continuar esta enumeración. Por más grande que sea la “espalda” de cada empresa para afrontar la situación crítica, en algún momento, los recursos se agotan y las políticas económicas estatales no llegan a dar soluciones definitivas.

En el mundo del espectáculo, el pasado lunes 11 de mayo, Carlos “La Mona” Jiménez citó a todos sus trabajadores a la oficina de su abogado para realizar la desvinculación laboral. El ídolo cuartetero contaba con 45 empleados en blanco, entre músicos, plomos, sonidistas, fotógrafos y técnicos. Tras dos meses sin actividad, ellos cobraron sus sueldos de marzo y abril y recibirán la indemnización correspondiente por el tiempo que hayan trabajado con el artista.

En Alta Gracia, el martes 12 de mayo se realizó un operativo de control y la Municipalidad aplicó una multa a un gimnasio que estaba abierto al público sin autorización. Otras empresas del rubro buscan reinventarse alquilando mancuernas, bicicletas fijas y cintas elásticas a los socios que quieren ejercitarse en sus casas o realizando clases por plataformas de videollamadas.

 

¿Cómo tramitar el ATP y cómo se calculará para mayo?

 

Cuando nada alcanza

El pasado 5 de mayo, en pleno Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, un grupo de vecinos de Alta Gracia utilizó las redes sociales para constituir un espacio de trueque de objetos en Facebook. La consigna principal es que no se permite la venta, solamente el intercambio. En menos de diez días, la iniciativa superó los 700 adeptos y se creó también un grupo de Whatsapp que funciona activamente. La difícil situación económica se manifiesta claramente en las ofertas de muchos vecinos, que ofrecen vestimenta, muebles, objetos de cuidado infantil y a cambio piden alimentos y mercadería del supermercado. Sin la posibilidad del trabajo informal y con la necesidad de mantener a la familia, gran cantidad de vecinos ofrecen objetos que ya no utilizan, ropa que a los niños les queda chica o prendas como sandalias, trajes o vestidos de fiesta a cambio de un paquete de arroz, fideos, yerba, tomates triturados, pañales y leche en polvo, que figuran como los bienes más demandados.

 

¿Problemas con los códigos para cobrar el IFE?

 

La semana que viene, concluirá el pago del Salario Complementario correspondiente a abril y los empleados de las empresas que se inscribieron en el ATP recibirán la totalidad de sus haberes. El cronograma para abonar el IFE se extiende hasta el 3 de junio y si bien se anunció una nueva entrega, resulta insuficiente para una familia que permanece meses sin percibir ningún otro ingreso. En el “mientras tanto”, numerosos vecinos aguardan en una espera que ya se hace insostenible para muchos bolsillos. Sin un cambio profundo a nivel estructural, la buena intención de las políticas públicas no es suficiente.

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