Dolor: profunda tristeza por el fallecimiento del "Pini" Favalli

El comercio y la sociedad altagraciense despidieron a uno de los más emblemáticos carniceros de la ciudad: Héctor Angel Favalli más conocido como "Pini". Sus restos fueron velados en la tarde de este viernes en la cochería Luppi.

Sociedad03 de noviembre de 2023 Redacción SN
hector favalli pini

(SN, Alta Gracia) En 2018 Sumario Noticias hacía un homenaje por los cincuenta años de trayectoria al emprendimiento familiar ubicado en Avenida Sarmiento. 

Por Julia Conalbi  - Tiene 83 años y cuando define Alta Gracia, no lo duda. "Es un paraíso”, dice de inmediato y sonríe. Desde hace 56 años, es el lugar que ha elegido para llevar adelante su emprendimiento y formar su familia. Es donde conoció a su mujer y en la ciudad en la que nacieron sus tres hijos y sus seis nietos. Se llama Héctor Ángel Favalli, pero todo el mundo le dice "Pini”. Lleva más de medio siglo atendiendo una carnicería en "El Alto”, tiene clientes de tres generaciones de la misma familia y a su hijo y una de sus nietas ayudándolo en el negocio familiar.

Nació en Pasco -localidad cercana a Villa María, que en la actualidad tiene poco más de mil habitantes- y su familia se dedicaba a las tareas rurales. Su hogar de origen estaba compuesto por sus padres y sus seis hermanos. "Cuando yo era pequeño, mi padre tenía un campo en Pasco y nosotros realizábamos las tareas rurales. Era la época en la que se ordeñaba a mano y se araba a caballo. El trabajo de campo era mucho más arduo que en la actualidad, en donde las máquinas han aliviado mucho la labor” rememora Pini a Sumario, el diario de los viernes. "Después mi padre vendió ese campo y compró un mercadito en Córdoba. Ahí trabajé en verdulería y empecé a aprender el oficio de la carnicería. Estaba en la verdulería y comencé a sacar matambres, fui aprendiendo”.

Cuando Pini cumplió 18 años, el mercadito familiar se disolvió. "Mis hermanas se casaron y yo me fui al Servicio (Militar Obligatorio). Allá también estuve en la parte de carnicería. Cuando salí de ahí, me había accidentado la mano. Así que estuve seis o siete meses sin hacer nada. La familia se había desarmado y ese negocio se vendió. Mis hermanos Irineo y Berto compraron un comercio más chico, que era carnicería y verdulería en barrio Juniors. Estuve como tres años trabajando en eso y ahí aprendí bien el oficio”explicó Pini.

Su último trabajo en la capital provincial fue en una fábrica de máquinas viales. En 1960, su hermano Irineo se mudó a Alta Gracia e instaló una carnicería.

Alta Gracia, el paraíso de Pini
Con un profundo afecto hacia la ciudad en la que instaló su emprendimiento durante casi sesenta años y en donde formó su propia familia, Pini recuerda cuando su hermano le propuso mudarse a Alta Gracia.

"En el ´62, Irineo me insistió para que viniera a la ciudad. Me decía que yo era bueno en esto, que conocía el negocio. Entonces vine, él me transfirió el comercio que tenía y se fue al centro. La primera carnicería que trabajé en la ciudad estaba en calle Pellegrini. Después nos vinimos al primer mercadito que hubo en la ciudad, que pertenecía a Vázquez. Estaba en la terminal vieja. Ahí trabajamos junto con Irineo. Después mi hermano se fue a Buenos Aires y yo me mudé al frente, a la calle Vélez Sarsfield. Ahí estuve entre el 70 y el 80” relata Pini.

Mientras tanto, conoció a su mujer, con quien se casó en 1964. Pocos años después, sus tres hijos agrandaron la familia. Primero las chicas, Silvina y Marisa; tiempo más tarde llegó el menor, Sebastián. A medida que su familia crecía, también lo hacían sus otros proyectos. "En ese momento, logré tener mi primera casa” explica con orgullo.

"En el ´80, el "Cuco” Moreschi abrió un mercadito en calle Sarmiento, donde después hubo un supermercado. Entonces me hice cargo de la carnicería, tenía las dos, la de Vélez Sarsfield y aquella” recuerda Pini. Así continuó durante una década. En 1990, dejó el trabajo en el mercado y mudó la carnicería de calle Vélez Sarfield a Sarmiento casi esquina Franchini, en donde ya lleva casi treinta años.

En sus más de cincuenta años de carrera en Alta Gracia, Pini destaca a aquellos clientes que con fidelidad van a comprarle desde hace varias décadas. "Tengo clientes desde el año 62, de quienes también vienen sus hijos y nietos” relata con cariño. "Uno ya sabe lo que quieren, lo que les gusta y trata de complacerlos. Lo mismo me pasa con mis proveedores: siempre son los mismos y ya saben qué les pido y me traen lo que quiero”.

A lo largo de su trayectoria, Pini ha tenido que afrontar momentos difíciles. Una sombra aún persiste en su rostro cuando recuerda "su dolor más grande” en su trabajo. Cuando su hija Marisa tenía ocho años, mientras lo ayudaba a limpiar una máquina de picar carne, sin querer la encendió y el aparato le agarró la mano. "Estaba desarmada, pero era muy nueva y ella quiso limpiarla como la limpiaba yo siempre. Me quiso ayudar y tuvo ese accidente” se lamenta al tiempo que asegura que el dolor por lo sucedido jamás se irá.

Pini comenzó a trabajar en carnicería junto a sus hermanos, como parte de un proyecto familiar. Más de sesenta años han pasado desde los primeros matambres que sacaba en la carnicería y verdulería que su padre adquirió en la ciudad de Córdoba.

Pero la compañía de su familia se mantiene. "Sebastián siempre estuvo acá conmigo. Empezó muy chiquito, pelaba huesitos y cosas así. Recuerdo perfectamente el día que me dijo: 'Yo le pregunté qué iba a hacer y respondió que quería seguir lo mío.  Y él insistió . Y ya llevamos más de veinte años trabajando los dos juntos acá” relata Pini con la emoción marcada en sus ojos claros y una sonrisa que surca sus ojos. "Soy inmensamente feliz, porque tengo todo. Mis tres hijos tienen su trabajo, un buen futuro, están bien, con eso ya tengo todo” finaliza.

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