Córdoba: habilitan sin límite la matanza de jabalí europeo y ciervo colorado

A partir del 17 de junio se habilitará en la provincia la caza de jabalíes y ciervos no autóctonos. La medida apunta a preservar los ecosistemas nativos y estará vigente durante un año.

Medio Ambiente27 de mayo de 2025 SN
jabalí Córdoba

(SN; Córdoba) A través de una resolución que regirá desde el 17 de junio, se autorizó la caza deportiva de algunas especies exóticas en Córdoba. La norma permitirá la caza del jabalí europeo (también conocido como chancho cimarrón), del ciervo colorado, el ciervo axis y el ciervo dama. La medida tendrá una vigencia de un año y generó un intenso debate por el impacto ambiental, ético y económico que implica.

ciervo colorado

Siempre Radio 93·3 FM dialogó con Juan Manuel González, biólogo y ex responsable del área de Educación para la Conservación en el ex Zoológico de Córdoba. González explicó que, aunque el término "caza" despierta rechazo, en este contexto debe ser entendida como una herramienta para la preservación del ecosistema.

En el caso de Córdoba, ejemplificó González, especies como el jabalí han desplazado al pecarí, un chancho silvestre nativo. Los siervos, por su parte, compiten por el alimento con animales locales como la corzuela y alteran la regeneración del monte, ya que se alimentan de retoños de árboles de crecimiento lento como el algarrobo. “Aunque puede resultar difícil de aceptar, esta medida es a favor de nuestros ecosistemas”, afirmó.

La autorización contempla una serie de restricciones: será necesario contar con licencia, no se podrá realizar caza con perros ni desde vehículos, y los cazadores deberán pedir permiso a los propietarios de los campos donde se practique.

González advirtió que, si bien la caza controlada puede ser una herramienta de manejo, “la clave es la regulación”. Recordó otros casos, como el de los castores en Bariloche o las truchas en los ríos serranos, donde la introducción de fauna foránea generó desequilibrios severos.

Consultado sobre la duración de la medida, consideró que el plazo de un año “podría estar pensado como una etapa de prueba” para evaluar el impacto de la caza en el equilibrio ecológico. “Una decisión así no es común, pero seguramente está respaldada por criterios técnicos”, señaló.

Antecedentes y sobrepoblación

Ciervos y jabalíes fueron introducidas deliberadamente en Córdoba a principios del siglo XX para la actividad cinegética: grupos de criadores trajeron ciervos y jabalíes con fines de exlotar cotos de caza en ese entonces. Con el tiempo los animales escaparon o se reprodujeron sin control natural (por ausencia de predadores autóctonos como osos o lobos) y hoy su presencia se ha expandido ampliamente. Expertos remarcan que estas introducciones resultaron “errores del pasado” que ahora se intenta corregir mediante caza regulada.

jabalí

Los informes oficiales y académicos señalan cifras alarmantes de poblaciones exóticas. El Ministerio de Ambiente estima unos 600.000 ejemplares combinados de jabalíes y ciervos dispersos en Córdoba. Un estudio etnobiológico reciente coincide en esa magnitud: “se registró una fuerte propagación” en el norte provincial, estimando 600.000 jabalíes en la actualidad. Estas poblaciones han crecido “alarmantemente, ampliando enormemente su área de distribución” en diversas regiones cordobesas. El ciervo dama, en contraste, presenta menor población y distribución restringida en Argentina. En general, los ciervos exóticos tienen presencia menor (frecuentemente confinados a cotos) y no hay censos precisos en la provincia; en todo caso se consideran suficientes para causar impactos.

Los estudios científicos advierten los efectos de esa abundancia. El bozado constante del jabalí altera el suelo y dificulta la regeneración del monte nativo. La hozada remueve el suelo, modifica su estructura y reduce la vegetación arbustiva y herbácea, lo que beneficia la expansión de plantas exóticas invasoras. Además, los jabalíes compiten con guanacos o venados nativos por alimento y depredan fauna menor (aves, mamíferos pequeños). En el sector agropecuario generan daños directos: comen granos, destruyen cultivos y rompen alambrados, con pérdidas económicas millonarias. Por ejemplo, a nivel nacional se estima que los daños causados por jabalíes en la agricultura y ganadería son responsables de pérdidas que van de los 900 a 1.400 millones de dólares anuales. En Córdoba, muchos productores han visto campos y viñedos arruinados. Un caso ejemplificador fue una viña premiada en Calamuchita, que resultó totalmente destruida por jabalíes).

Zonas más afectadas e impactos ecológicos

Las áreas más afectadas incluyen los ambientes serranos y rurales de Córdoba. Autoridades señalan brotes de jabalíes en la Pampa de Achala y Traslasierra, estimando allí gran parte de los 600.000 ejemplares. Los departamentos de Calamuchita y sectores de Sierras Chicas también registran sobreabundancia. Las especies ya se encuentran no solo en sierras y áreas agropecuarias, sino también en salinas, bosque chaqueño y llanuras pampeanas de Córdoba. Esta expansión multidireccional implica que depredan o compiten con fauna local en diversos ecosistemas.

En lo ecológico, la proliferación de estas especies exóticas invadió nichos críticos. Se ha constatado desplazamiento de especies nativas: ciervos y jabalíes que consumen planta nativa y carroña, “desplazan a la fauna autóctona” como la corzuela parda y el pecarí de collar, ambas en peligro. Los jabalíes incluso atacan nidales de aves: en la laguna de Mar Chiquita (Ansenuza) se detectó que rompen y comen huevos de flamenco rosado, amenazando a ese ícono local. Las heces y el bozado también favorecen vectores de enfermedades (p.ej. triquinosis en jabalíes), lo cual es un riesgo sanitario.

jabalí daños Córdoba

En el ámbito productivo y paisajístico, los impactos son palpables. Además del bozado que reduce la cobertura vegetal, las corridas masivas de jabalíes arrasan cultivos de maíz, girasol, viñedos y huertas. Se reportan también daños en cercos perimetrales y sistemas de riego. En suma, la intrusión de estas especies exóticas altera los servicios ecosistémicos esenciales: favorece la erosión del suelo, alteración hidrológica y pérdida de biodiversidad.

Posturas de ONGs y asociaciones rurales

La habilitación de la caza reavivó un intenso debate. Organismos ambientales y científicos han cuestionado la medida o puesto énfasis en conservar espacios nativos. El biólogo Lucas Enrico (investigador de fauna) alerta que las especies invasoras “generan graves perjuicios para nuestros ecosistemas nativos”. Enrico critica la idea de resolver el problema matando animales, subrayando que hay riesgos sanitarios (ej. Triquinosis) y que las invasiones deben manejarse con criterios ecológicos, no solo cinegéticos. De modo similar, especialistas de la Fundación Mil Aves (Gabriel Orso) recuerdan el origen de la invasión: “ambos ingresaron a principios del siglo XX (…) una de ellas es Córdoba, además Córdoba trajo sus cotos de caza… y por eso estamos en la situación en la que estamos”. ONG de conservación insisten en priorizar la protección de fauna autóctona y proponer estrategias alternativas (p.ej. monitoreo, control con métodos biológicos) antes de habilitar la caza como principal respuesta.

En cambio, representantes del campo y organizaciones rurales han apoyado medidas de control. Medios agropecuarios destacan que Córdoba se suma a provincias (Entre Ríos, La Pampa) que tratan a estas especies como “plaga” debido a los daños productivos. Aunque no hay comunicados formales de todas las asociaciones rurales, varios productores coinciden en redes sociales con que la caza regulada ayudaría a proteger cultivos y rebaños. De hecho, en otras provincias ganaderas los productores han reclamado públicamente el “impacto fuerte” del jabalí en sus actividades. Por último, figuras públicas también se han expresado: por ejemplo, el cantante Axel publicó en Instagram su rechazo a la caza como “violencia autorizada”, mientras otros usuarios defendieron la necesidad de controlar especies invasoras. En decir: las ONG ambientalistas reclaman cautela y enfoque en conservación, mientras actores rurales y turísticos destacan los beneficios del control cinegético.

Turismo cinegético y cotos de caza

La caza mayor en Córdoba se ha convertido en un negocio turístico de alto nivel. Actualmente operan tres cotos de caza mayor en la provincia (dos en Calamuchita y uno en el sur cordobés). Los paquetes turísticos (hunting tours) suelen cobrar entre u$s 4.000 y 5.000 por persona por hospedajes de 4–5 noches, en los que se incluyen guías y servicios de campo. Cada coto fija además cupos de trofeos y cobra extra por cada cabeza cazada; conservar el trofeo (cabeza/astados) puede costar otros u$s4.000–8.000 según el tamaño. Estos cazadores, que provienen en buena parte de Estados Unidos y Europa, pagan licencia especial de caza provincial y muchas veces traen armas propias o las alquilan en el coto.

Este turismo genera ingresos locales, aunque de nicho. Hay servicios de alojamiento, guías especializados y transporte asociados. Pero también condiciona el paisaje: los cotos privados han contribuido a la expansión de las especies exóticas en su territorio, por liberación accidental o reproducción en cautiverio. Con la nueva resolución, se permitirán los cotos tradicionales (con cupo liberado) y también caza en campos de propietarios rurales, siempre con licencia correspondiente.

Regulación vigente

La normativa detalla múltiples restricciones: la temporada autorizada va del 17 de junio de 2025 al 17 de junio de 2026. La caza deportiva está habilitada todos los días de la semana, sin límite diario de presas (“cupo liberado”), pero de lunes a lunes y de día completo. Para la caza nocturna solo se admite iluminación artificial portátil; está prohibido el uso de luces de vehículo o disparar desde el auto. No se permite el uso de perros de caza ni otros métodos calificados de “crueldad”.

Los cazadores deben contar obligatoriamente con licencia anual de caza (o permiso diario) y autorización escrita del dueño del campo donde cazan. Se estableció un mapa con zonas específicas: áreas rojas (reservas naturales, cercanías urbanas) donde la caza queda totalmente vedada; zonas amarillas (permisión solo de armas sin estrías, como escopetas) y zonas verdes rurales abiertas donde se autoriza el uso de rifles bajo control estricto. Asimismo, la resolución fija trámites sanitarios: la carne o trofeos de jabalí debe ser inspeccionada por SENASA para descartar triquinosis antes de consumo humano.

Este artículo fue redactado con asistencia de IA. Fuentes: Entrevista telefónica realizada por Marcelo Paéz a  Juan Manuel González este 27 de mayo durante la emisión de Juntos a la Par, en la Siempre Radio 93·3 FM.  Informes periodísticos y gubernamentales recientes: estacionplus.com.ar; bichosdecampo.com; infobae.com, así como estudios científicos sobre impacto de jabalíes y ciervos exóticos: researchgate.net; infobae.com; declaraciones de funcionarios del Ministerio de Ambiente estacionplus.com.ar estacionplus.com.ar y de especialistas independientes cordoba.mitelefe.com eldoce.tv.

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