Hace 40 años, Adolfo Pérez Esquivel recibió el Nobel de la Paz

HOMENAJE

Nacionales14 de octubre de 2020 Diario Sumario

(Agencias y de nuestra redacción) En 1980, Adolfo Pérez Esquivel fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, por su trabajo en defensa de los Derechos Humanos en América Latina. Al recibir esta distinción declaró no recibirlo como un título personal sino "…en nombre de los pueblos de América Latina, y de manera muy particular de mis hermanos los más pobres y pequeños, porque son ellos los más amados por Dios; en nombre de ellos, mis hermanos indígenas, los campesinos, los obreros, los jóvenes, los miles de religiosos y hombres de buena voluntad que renunciando a sus privilegios comparten la vida y camino de los pobres y luchan por construir una nueva sociedad". Esquivel ha expresado claramente que su trabajo de ninguna forma es individual, sino que hay mucha gente desconocida que ha estado trabajando por la justicia y la libertad, de una forma colectiva.

Para las 11.30 de este miércoles está previsto, en Casa Rosada, un acto homenaje que encabezará el Presidente Alberto Fernández por conmemorarse 40 años desde que le fuera otorgado el Premio Nobel de la Paz.

El defensor de los derechos humanos nació el 26 de noviembre de 1931 en Defensa y Humberto Primo, pleno corazón del barrio San Telmo de la ciudad de Buenos Aires, Argentina.  Su padre, Cándido Pérez, era un inmigrante español que trabajaba de pescador en Combarro, provincia de Pontevedra.. Al no poder mantener reunida a la familia, su padre decidió buscar ubicación para sus cuatro hijos. Adolfo vivió buena parte de su infancia como pupilo en el Patronato Español de Colegiales (ciudad de Buenos Aires) luego de que su padre regresara a España. Igualmente vivió un tiempo con su abuela Eugenia, que hablaba guaraní pero casi nada de castellano, en Haedo, Provincia de Buenos Aires. De ella aprendió mucho sobre la historia y la tradición de los pueblos nativos de América. Luego volvió a reunirse con su familia y todos se fueron a vivir a una casa del barrio de San Telmo donde culminó el tramo fundamental de su educación primaria con los Franciscanos, en el colegio que la orden regentaba en la ciudad de Buenos Aires.

En la década del sesenta, Pérez Esquivel comenzó un trabajo con organizaciones y movimientos latinoamericanos cristianos de base. Posteriormente participó como líder en los movimientos de no violencia y en 1973 fundó el periódico "Paz y Justicia" para difundir dicha filosofía y continuar apoyando la organización de grupos de base con sectores populares.

Con el golpe de estado militar de Jorge Rafael Videla en Argentina, en 1976, y con la represión sistemática posterior, contribuyó a la formación y financiación de los enlaces entre organizaciones populares para defender los Derechos Humanos y apoyar a los familiares de las víctimas de la Dictadura. El Servicio Paz y Justicia, que él co-fundó, evolucionó en este contexto y sirvió como instrumento para la defensa de los derechos humanos promocionando una campaña internacional para denunciar las atrocidades cometidas por la Dictadura Militar. En el año 1975 contribuyó a fundar la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos. Posteriormente colaboró en la constitución de organismos de derechos humanos de familiares de las víctimas de la represión como fueron Madres de Plaza de Mayo, Abuelas de Plaza de Mayo, y Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas.

En agosto de 1977, fue detenido en Buenos Aires, en el Departamento Central de la Policía Federal Argentina. Fue encarcelado y torturado, sin haberse hecho proceso judicial alguno, y fue puesto a disposición del Poder Ejecutivo. Más tarde declararía haber sobrevivido a un vuelo de la muerte.3​ La violenta represión, secuestros y asesinatos que llevaron a cabo las dictaduras de Paraguay, Uruguay, Brasil, Bolivia, Chile y Argentina, junto al accionar de grupos para-policiales y paramilitares, generaban un estado de angustia y de zozobra en los pueblos, al igual que en otros países del continente.

Permaneció en prisión 14 meses y en libertad vigilada otros 14 meses. Durante su prisión recibió el Memorial de la Paz Juan XXIII, otorgado por Pax Christi International, entre otros reconocimientos internacionales. El Servicio Paz y Justicia, entre otras organizaciones, fue una organización de apoyo y defensa de los Derechos Humanos, y desarrolló una fuerte campaña internacional para denunciar las atrocidades de las dictaduras militares en el continente y el país. Esta actividad tiene como consecuencia la represión hacia el Servicio Paz y Justicia, tanto en Argentina como en otros países.

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