“Me enseñaron que el camino del progreso no es rápido ni fácil”
Marie Curie.
El anuncio
El 1° de febrero pasado, en la apertura de sesiones ordinarias de la Legislatura Provincial, el gobernador Juan Schiaretti anunció para este año, el comienzo de la construcción de una autovía que conectará Alta Gracia con Villas Ciudad de América, y que servirá como alternativa a la ruta provincial Nº 5.
La noticia fue bien recibida por intendentes y jefes comunales. Todos los implicados, cuyos ejidos urbanos estaba comprometidos en la obra, brindaron en marzo de este año la factibilidad correspondiente, otorgando los permisos de uso de suelo para la obra. La aceptación fue unánime, ya que la saturación de la arteria que comunica los valles de Paravachasca y Calamuchita es evidente, y en los meses de verano, las colas de automóviles y accidentes producidos por el gran tránsito son una constante.
Sin embrago, el anuncio también generó preocupación. Por un lado el sector comercial de las localidades de Anisacate, Valle de Anisacate, Villa La Bolsa y Villa Los Aromos teme una reducción en sus ingresos si el tráfico es menor. Por el otro, los posibles efectos sobre el medio ambiente y la trama de intereses detrás de la obra, encendieron la luz de alarma de los grupos ambientalistas.
La justificación
“La Ruta Provincial 5 es una importante vía de comunicación de la Provincia de Córdoba”, comienza diciendo la introducción del Estudio de Impacto Ambiental -EIA- de la obra que quedó a cargo de la empresa Caminos de los Sierras S.A.
El estudio plantea que, pasando Alta Gracia, la ruta pavimentada de dos carriles está en buen estado, pero debido a su importancia y la escasez de alternativas en el sector, tiene un alto volumen de tránsito. “Es una de las rutas turísticas más importantes de la provincia, ya que por ella se accede al segundo valle más reconocido de Córdoba: el Valle de Calamuchita. El trazado de esta ruta, funciona como 'columna vertebral' de los valles de Paravachasca y Calamuchita, y en la región, es conocida como la ruta del alto. Esto se debe a que su derrotero entre montañas y quebradas, lo realiza con numerosas curvas y pendientes, costeando el Dique Los Molinos y el Embalse de Rio Tercero”.
La justificación del proyecto, obedece a “la congestión que se produce en temporadas altas de turismo, o por el tránsito de un vehículo de carga en un trazado sumamente sinuoso en tramos, que hace que los tiempos de viaje se extiendan hasta hacerlos inviables para muchas personas del conglomerado del Gran Córdoba, que evitan el “turismo golondrina” a esta región, prefiriendo los centros turísticos con mejor conectividad, como Carlos Paz (vía autopista) (…) El segundo punto es justamente la seguridad, tanto de los vehículos en los cruces a nivel de caminos secundarios, calles públicas, accesos, etc. como de los peatones. Ya que el intenso tránsito vehicular impide a los habitantes de estas poblaciones cruzar esta vía en forma segura, debiendo esperar mucho tiempo un “hueco” para cruzar o para subirse a la Ruta en el vehículo. En los tramos urbanos se adicionan las fricciones que se provocan por las actividades que se desarrollan en comercios a la vera de la Ruta, la presencia de tránsito local y maniobras de estacionamiento, lo que deriva en velocidades de operación bajas y períodos de congestión”.
Entre los beneficios de la nueva obra, para el orden provincial y nacional, el estudio plantea:
La traza
La obra multimillonaria se extenderá por 27 kilómetros y supondrá una inversión de 3.900 millones de pesos, con trabajos proyectados en dos etapas: en primer lugar, el trazado comenzará como una extensión de la Avenida Martín Miguel de Güemes, en la rotonda de acceso a Alta Gracia por la autovía Atilio López, y correrá al este de Alta Gracia y Anisacate, con un acceso a la localidad de Villa Los Aromos, uniéndose posteriormente con la actual ruta 5, a la altura de La Serranita. Su costo está estimado en 2.500 millones de pesos y el proyecto oficial apunta a que unos 1.700 millones se financiarán con el Fondo Fiduciario Federal, y el resto con recursos propios. La segunda etapa se concretará ampliando el tramo actual desde La Serranita hasta Villas Ciudad de América, en 7,5 kilómetros, cuya traza será ensanchada para albergar dos carriles por mano. Esa etapa tendría un costo de 1.400 millones de pesos.
En el proyecto original, el paso por algunas zonas en el sector de La Rancherita, generó preocupación desde el punto de vista ambiental. En el relevamiento de la traza preliminar, se pudo constatar que parte de la nueva ruta pasaba sobre el Área de Reserva Natural de Uso Múltiple de la mencionada localidad. Por ello, y ha pedido expreso del jefe comunal Alejandro Sosa, se realizó una modificación en la traza original.
Al mismo tiempo, para otorgar la factibilidad, la Municipalidad de Anisacate, solicitó como obra complementaria el proyecto y ejecución de la obra de asfalto, badenes y cordón cuneta de la Av. Los Naranjos. Sin bien la obra no está en relación con la traza propuesta, el EIA la “considera un beneficio para la localidad y los balnearios ubicados sobre el Río Anisacate o Xanaes”.
La obra incluiría un cruce con la actual autovía de la ruta 5 y en la intersección con la C45, en Alta Gracia; el cruce con el Camino Costa Azul, en Anisacate; la intersección con la ruta E56; un nuevo puente sobre el río Anisacate, un desvío y acceso a Villa Los Aromos y otro acceso a nivel en La Serranita.
Las voces a favor… y con reservas
Pocos días después del anuncio, el ministro de Gobierno de la provincia de Córdoba, Facundo Torres Lima, visitó Anisacate para entregar un vehículo de Seguridad Ciudadana. En aquella oportunidad, declaró a Sumario Noticias que la nueva autovía “va a ser impresionante para nuestro Departamento y para el Valle de Paravachasca. No sólo en razones de conectividad, en turismo, comodidad para los que vivimos en otras localidades y vemos el anegamiento de la ruta 5. Sino también para captar comercios e industrias. Lo que va a ocurrir en los próximos meses con la autovía va a ser muy, pero muy positivo”.
Otro de los primeros en manifestarse a favor de la autovía, fue el intendente de Alta Gracia Marcos Torres Lima, quien compartió en sus redes sociales el mapa de la nueva traza, señalando que con este proyecto la ciudad avanza. Según su opinión, cambiará la realidad de la región, se promoverá el turismo y se fomentará la seguridad vial.
“El proyecto me parece que a esta altura de los acontecimientos. Es una necesidad imperiosa”, declaró el jefe comunal de La Rancherita, Alejandro Sosa. “Creo, además, que una vez realizada la obra contribuirá al desarrollo de las localidades, ayudará a no perder tantas vidas humanas por tener una ruta que pasa por el medio de las localidades y que está totalmente colapsada. Hecha la autovía, el tránsito contaminará menos, ya que se evitará que un vehículo que sale del dique no esté en la carpeta asfáltica durante una hora para llegar a Villa La Bolsa a paso de hombre y liberando desechos de combustión, sino que recorrerá el mismo trayecto en 15 ó 20 minutos. Además, una persona en cualquiera de estas localidades, que necesita un traslado de emergencia por un código rojo, pone en riesgo su vida por la inviabilidad de poder llegar a tiempo a un centro de atención de salud por las demoras de tránsito de esta ruta colapsada”, agregó Sosa. Cabe recoradr que La Rancherita se considera una comuna eco-amigable.
Al mismo tiempo, Sosa fue claro al advertir que los comerciantes de la zona deberán “adaptarse” a la situación que genere la nueva autovía. “Vivo de un comercio en la ruta. Habrá que adaptarse a vivir de los habitantes de las localidades y de los turistas que se alojen en la zona y circulen por la vieja ruta”.
En la misma sintonía, Verónica Diedrich, admitió que el proyecto “llega para dar cierta tranquilidad a la hora de la seguridad vial; ya que se trata de un reclamo viejo de los automovilistas que transitan la zona, sobre todo en temporada estival. Pero, como todo proyecto, tiene sus pros y sus contras. No podemos ignorar que estas decisiones – el proyecto en sí – afectan a los comercios, emprendimientos turísticos, artistas y artesanos de la localidad. Si bien el turista que llega lo va a seguir haciendo, porque quiere o necesita venir acá particularmente, quienes ofrecen servicios y productos van a quedar aislados, sin la visibilidad que ahora tienen. Tenemos que ver como organizamos la promoción de nuestro valle para que esta obra repercuta lo menos posible en ese sentido”.
Las voces opositoras… y también cautas
Como en todas las cuestiones que involucran al medio ambiente en la región del valle, la Asamblea Paravachasca alzó su voz de advertencia luego del anuncio del proyecto para la construcción de la nueva autovía. Desde el inicio, la organización ambientalista exigió participación de la ciudadanía en el proyecto y argumentó que nunca habían sido consultados ni tenidos en cuenta para su formulación.
En marzo, luego de que las comunas y municipios involucrados otorgaran la factibilidad del uso del suelo para la realización de la obra, la voz de la Asamblea Paravachasca se hizo escuchar nuevamente, asegurando que las comunas, municipios y al gobierno provincial, había negado información de consulta que había sido solicitada. “No solamente que no han dado a conocer información pública, sino que están otorgando factibilidad y uso del suelo para llevarla adelante por zonas de alto valor de conservación del Bosque Nativo y por sectores en los que llamativamente, año tras año, vienen siendo incendiados. Nos comunicamos con todos los municipios involucrados. Sólo Anisacate nos respondió que había dado la factibilidad, pero no nos informó mucho más que eso”, dijo Diego Aranda, referente de la Asamblea. “La obra carece de licencia social” repiten desde la Asamblea. “Toda obra pública o privada de la magnitud e impacto de la Autovía de la Ruta Provincial Nº5, que pretenda avanzar por este territorio, sin la participación real y plena de la ciudadana, carece de licencia social”.
Al mismo tiempo, Aranda amplifica la oposición del grupo ambientalista. “Esta obra millonaria es absolutamente ajena a las reales necesidades y urgencias del Valle de Paravachasca. Las prioridades son otras: agua corriente y potable en muchos barrios, viviendas dignas para muchas familias, un servicio sanitario público de calidad e integral y no centralizado, mejorar la educación de nuestras escuelas públicas, cuidar el bosque nativo y los seres vivos que los habitan, y el ordenamiento participativo del territorio que contemple estas necesidades vitales prioritarias. Desde esta Asamblea no estamos discutiendo solamente la viabilidad de una Autovía que va a fragmentar el territorio, las interacciones ecológicas y los vínculos sociales y culturales en Paravachasca, sino que cuestionamos toda una lógica de desarrollo sobre las comunidades, que no nos representa, no lo hemos consensuado, y nos vulnera en todas las dimensiones sociales”.
“Hay muchísimas irregularidades en el Estudio de Impacto Ambiental. En primer lugar el paso de la obra por zonas incendiadas. Por otro lado no hay plan de remediación de zonas afectadas, ya sea zona de conservación de Bosque Nativo, ni tampoco por la afectación de las cuencas hídricas”, cuestionó Aranda. “Hay un conjunto de irregularidades y dimensiones de la vida social que no son abordadas, como el aspecto socio antropológico de relaciones y prácticas entre los miembros de la comunidad que se van a ver afectadas por la autovía”.
“No nos estamos oponiendo a la obra en sí, sino a la lógica a que responden este tipo de obras. En este caso puntual nuestra opinión es que responde a un interés de potenciar el desarrollo inmobiliario en la zona de Potrero de Garay, y mejorar el acceso a esa zona forma parte del negocio”, aseguró Aranda. “Seguimos sosteniendo que no es una obra prioritaria para el valle, ya que la zona tiene muchas otras necesidades más importantes. Al mismo tiempo, consideramos que hay obras de refacción que se pueden hacer en la misma ruta 5 para descongestionar el tránsito los fines de semana largo. De hecho propusimos mejoras en los tramos en donde hay mayor congestión, y mayor presencia de inspectores en las zonas urbanas”.
A medida que pasó el tiempo, las voces opositoras a la construcción de la autovía de la ruta 5 fueron sumándose. Un grupo de vecinos del Valle de Paravachasca, que no forma parte de la Asamblea Paravachasca, organizó en mayo una jornada de charlas en la que participaron el presidente comunal de Villa Ciudad Parque, Pablo Riveros y el diputado nacional Eduardo Fernández, y donde se plantearon “alternativas sustentables”. “La idea en ese momento fue debatir sobre la autovía que se viene y que fue planeada por el Gobierno de Córdoba. Muchos vecinos no estamos de acuerdo con que se construya y queremos exponer alternativas”, explicó Sebastián Bonino, uno de los organizadores. “Entendemos que en la época estival hay un problema con el tráfico y creemos que una alternativa es poder pavimentar las rutas secundarias y terciarias que ya existen y que conectan la ruta 5 con la 36” agregó.
La preocupación por la situación de los comercios ubicados a la vera de la ruta 5, no escapa a los jefes comunales, ni mucho menos a los directamente implicados, los comerciantes.
“La verdad es una sensación contradictoria, porque por un lado nos parece muy positiva la obra. El tránsito los fines de semana y durante el verano es molesto y hasta peligroso. Pero al mismo tiempo no dejamos de pensar en cómo va a afectar a nuestros negocios”, manifestó la dueña de un local polirubros ubicado en Anisacate. “Nosotros trabajamos mucho con la gente del pueblo y con los turistas que vienen a quedarse acá. Esa es nuestra mayor clientela. Pero también pensamos que muchos turistas van a dejar de pasar, y eso es algo que nos preocupa un poco”, agregó la mujer.
“El que quiere venir a La Bolsa, va a venir a La Bolsa, y ese es el cliente que a nosotros nos interesa. La verdad no tengo muy claro por donde va a pasar la autovía. Lo que yo creo que por más que haya autovía nueva la gente va a seguir viendo al Valle, y esos son los clientes que a nosotros nos importan. Y para los turistas que están sólo de paso, habrá que ver como potenciar la oferta para que les tiente hacer un desvió y comer con nosotros”, afirmó el propietario de una parrillada de Villa La Bolsa.
De Radiador Springs y ferrocarriles
Radiador Springs es el nombre del pueblo ficticio donde se ambienta la película animada Cars. Queda en la Ruta 66, y en la película el pueblo está situado en el condado Carburador. Este pueblo es visitado accidentalmente por Rayo McQueen después de salir de su cabina de transporte, que era llevada por Mack, el conductor del Rayo McQueen. El pueblo quedó abandonado por culpa de la construcción de la Carretera Interestatal 40, por lo que los autos pasan por fuera sin darse cuenta de su existencia. La señorita Sally le explica que hace cuarenta años, no existía la interestatal, solo la carretera libre, la Ruta 66, donde los autos "subían y bajaban" hasta que la construyeron y los viajeros dejaron de pasar al pueblo. La situación cambió cuando llega Rayo McQueen y repara la Ruta 66 - ya que él mismo la destruyó en un fallido intento de escape - ayudando, además, a construir carteles, luces y nuevos negocios en el pueblo. Transcurrido un tiempo, Doc Hudson llama a los periodistas diciendo que Rayo McQueen se encontraba en Radiador Springs y que gracias a eso el pueblo comenzaba a hacerse conocido y aparecer en el mapa. Finalmente, el Rayo le dice a la Señora Sally que montará allí próximamente su cuartel general y consigue que hagan una salida de la Interestatal 40 al pueblo. Después, en la segunda película, se puede observar que el pueblo ha logrado mantener una gran fama debido a Rayo McQueen, y hay una gran afluencia de autos que han mejorado el lugar.
En el mundo real, esta fantasía de película de Disney puede extrapolarse de forma mucho más verídica y concreta. En Argentina son muchos los pueblos que sufren la tragedia del abandono luego de vivir años de esplendor gracias a sus estaciones de tren. La caída de los ramales ferroviarios propició el ocaso de más de 2.500 pueblos que hoy tiene para contar más sillas en la iglesia que habitantes entre sus límites. Ese cierre condenó al aislamiento a cientos de localidades para las cuales las vías eran una suerte de cordón umbilical. Las diferencias y similitudes por la falta o por la existencia - depende de cual sea el caso - se verá con los años. Los cierto es que “el camino del progreso no es rápido ni fácil”.
El antecedente más cercano es el de la ruta 36, cuya autovía fue inaugurada en 2017, luego de cinco años de trabajo. Muchas localidades ubicadas a la vera de la antigua traza de la ruta 35 sufrieron el impacto de la mega obra. En Despeñaderos por ejemplo, los comercios que se afrontaron los costos del progreso fueron fundamentalmente las estaciones de servicio y restaurantes ubicados en la antigua ruta, muchos de los cuales se vieron obligados a bajar sus persianas. Cuando se inauguró la obra, al menos por un par de meses, se dejó habilitado el paso de la ruta 36 por Despeñaderos, en un intento por hacer progresivo el cambio, pero luego de un tiempo ese acceso fue bloqueado.
Antecedente que sienta precedente
La lucha de los grupos ambientalistas ante los anuncios de multimillonarias obras públicas, cuyo impacto sobre el medio ambiente puede ser largamente discutido por atentar contra el delgado equilibrio ambiental, puede verse personificada en la Asamblea Ambiental de Cosquín: la lucha que llevo adelante desde el anuncio de la autovía de Punilla, logró paralizar la iniciativa de la obra impulsada por el Gobierno de Córdoba. Al menos por un tiempo.
En 2018, el proyecto de la Provincia para que la autovía de Punilla avance por el este de la actual ruta nacional 38, en un tramo de 15 kilómetros entre San Roque y Cosquín, movilizó una intensa discusión en Punilla. La tensión generada durante meses terminó el 2 de octubre de 2018 cuando el gobernador Juan Schiaretti, resolvió paralizar la iniciativa.
“El Gobernador nos dio la instrucción para que empecemos a evaluar alternativas. Concretamente, ver qué podemos hacer por el oeste de la ruta 38. Así evitaríamos tocar el monte nativo y el yacimiento de uranio”, sintetizaba por aquel entonces Jorge Alves, presidente de Caminos de las Sierras, la empresa estatal a cargo de la obra.
El impacto sobre el escaso bosque nativo que queda en Punilla y el paso por una mina de uranio nunca explotada eran los dos principales cuestionamientos de los sectores ambientalistas al proyecto oficial por el este. Desde esos sectores se planteó, en la discusión de 2018, que el impacto de un trazado por el oeste sería mucho menor.
El proyecto discutido en 2018 planteaba un trazado, al menos entre San Roque y Cosquín, por el este y sobre el pie de las Sierras Chicas. Para la continuidad desde Cosquín hasta La Cumbre no había ningún proyecto esbozado. Según publicó el matutino capitalino La Voz del Interior, el Instituto de Investigaciones en Servicios Públicos e Infraestructura (Iispi), de la UNC, fue contratado por la Provincia para elaborar el proyecto de ese tramo hasta Cosquín. La traza elegida generó polémica en Punilla y una audiencia pública conflictiva, en mayo de 2018, que duró cinco días.
Otros centros de estudios de la misma UNC, con perfil más ligado a lo ambiental que a la ingeniería, cuestionaron el proyecto oficial. Finalmente, Ambiente de la Provincia avaló la traza, con algunas modificaciones. Pero la tensión social se mantuvo y poco después se suspendió el avance.
Sin embargo, a principios del 2021, la discusión se reactivó, sin dejar de lado las rispideces, los cruces y las polémicas. En abril de este año, el Gobierno Provincial pudo iniciar finalmente la Audiencia Pública por un nuevo tramo de la Autovía de Punilla, cuyos trabajos están previstos que se extiendan por 40 kilómetros desde la variante Costa Azul, al noreste de Villa Carlos Paz, hasta el ingreso a La Cumbre, por el oeste de la ruta nacional 38. La instancia fue quizá la que más expectativa ha generado en la sociedad cordobesa, como lo mostraron los 686 expositores inscriptos que intervinieron. Aún hoy, el proyecto sigue sumando cruces y polémicas.
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