En nombre de las infancias perdidas

La nota del día

Sociedad02 de septiembre de 2021 Diario Sumario

¿Dónde está? Solo dos palabras pueden dar inicio a una angustia indescriptible. En un primer momento, la pregunta se realiza con inquietud, luego surge la desesperación y -si pasa demasiado tiempo-, también llega la resignación. Al menos, así describió Nicolás “Pocho” Gutiérrez, padre de Diego Armando, el niño que fue visto por última vez a sus seis años, cerca del Dique Los Molinos, el 17 de agosto de 1998. “Con el tiempo de a poco nos fuimos resignando. Seguimos esperando algo de la justicia. Con la pandemia se paralizó todo y ahora estamos esperando que se pueda reactivar. Lo último pasó que se iba a dar era hablar con una policía de Mendoza que podía llegar a saber algo” explicó “Pocho” en diálogo con Siempre Radio 93.3.

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La desaparición de Diego Gutiérrez le sumó una herida más a una Alta Gracia que aún preguntaba el paradero de Vanesa Zamora. La niña desapareció en marzo de 1992, cuando fue a buscar a su padre a una despensa a dos cuadras de su casa. Tenía ocho años. Numerosas marchas con su rostro en una pancarta reclamaron su aparición, luego a ellas se le sumó la cara del pequeño extraviado seis años más tarde. Ambas son incógnitas que desconciertan y conmueven a la ciudad.

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El pasado miércoles, el bloque de concejales de Hacemos por Córdoba, presentó en el legislativo un proyecto para visibilizar los rostros de los niños desaparecidos en Alta Gracia. La propuesta, que busca colocar los retratos en los museos y otros espacios públicos, fue bien recibida también por la bancada opositora. Luego de la lectura del proyecto del oficialismo, el edil Marcelo Jean aportó que se podría coordinar con organismos internacionales. A casi 30 años de la desaparición de Vanesa, todos coincidieron en la importancia de la rapidez de acción para evitar que los niños sean trasladados a otras provincias o países.

La propuesta ya tiene un antecedente. En 2010, el por entonces intendente Mario Bonfigli, firmó un convenio de cooperación con el Registro Nacional de Personas Menores Extraviadas. El organismo se propone contar con la información centralizada sobre la situación de los niños, niñas y adolescentes extraviados, sustraídos o abandonados en todo el territorio del país. Asimismo, pone en marcha los mecanismos del Estado para lograr la aparición de los chicos que faltan de su hogar.

En la actualidad, la página del registro nacional muestra el rostro de veinticinco niños que han desaparecido de sus hogares en los últimos años y de los cuales no se han tenido novedades. Uno de los más recientes es el de Guadalupe Lucero, la niña de cinco años que fue vista por última vez en San Luis, cuando jugaba con sus primos en el barrio 544 viviendas. Desde hace dos meses, no se sabe nada de la pequeña.

 

El tiempo no está a favor de los pequeños

Al contrario del título de la canción de Silvio Rodríguez, el tiempo es el principal enemigo de la búsqueda de las infancias extraviadas. Durante décadas, se siguieron diferentes pistas, se hicieron reconstrucciones de los rostros actualizados de Vanesa y Diego, pero las esperanzas de que aparezcan disminuyen a cada momento.

En 2021, se busca a dos adultos de 37 y 29 años. En el caso de que vivan, su aparición depende, en mayor medida de ellos mismos. Mientras, sus familias esperan que la justicia les pueda responder algún día qué sucedió con sus niños.

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