Cine: la problemática del aborto en adolescentes

Por Alejandrina Cuquejo.

Unpregnant: Un embarazo no deseado que significará un replanteo de identidad

Unpregnant es una película estadounidense de 2020, dirigida por Rachel Lee Goldenberg y basado en la novela de igual nombre de Ted Caplan y Jenni Hendricks.

Verónica, interpretada por Haley Lu Richardson, es una adolescente de 17 años, con una familia católica, amigas presentables, un novio adorable, Kevin, (Alex MacNicoll) y planea asistir a una prestigiosa universidad en un futuro cercano … su vida parece totalmente encaminada hasta que un día descubre con asombro que está embarazada. Su novio le propone casarse y proseguir con el embarazo, pero Verónica quiere estudiar y hacer una vida independiente por lo que decide abortar.

La protagonista vive en Missouri y allí exigen el consentimiento de uno o ambos padres para que una menor pueda someterse a un aborto legal. Verónica sabe que su madre no estaría de acuerdo con el procedimiento y no quiere confiar su situación a sus amigas más frecuentadas, ya que teme a la opinión de ellas. Ante esta situación, solo le queda pedir ayuda a una antigua amiga con la que estaba distanciada, Bailey, interpretada por Barbie Ferreira, que acepta ayudarla. Las chicas emprenden así un viaje a Albuquerque, Nuevo México, para poner fin al embarazo de Verónica.

Las adolescentes son bien diferentes entre sí, habían estado muy unidas en el pasado, pero actualmente se muestran con intereses y actitudes muy distintas. Verónica aparece como una chica muy formal y adaptada a las normas sociales convencionales. Bailey, en cambio, es una adolescentes disruptiva y rebelde.

La trama de la película es la travesía en la carretera que estará cargada de problemas, emociones, encuentros, discusiones y reconciliaciones que llevarán a Verónica a replantearse quién es en realidad y que imagen está dispuesta a mostrar hacia los demás.

El filme es una comedia típicamente adolescente, pero trasciende la temática de la amistad para mirarse también en ese espejo de la exposición ante los demás, de una vida para mostrar y la reflexión sobre el “deber ser” socialmente aceptado.

Las actuaciones están muy logradas, la película está cargada de situaciones tragicómicas y, aunque las dificultades para abortar en una menor de edad están presentes, no hay un cuestionamiento explícito al sistema.

 

Nunca, rara vez, a veces, siempre: enfrentarse a la dureza de la burocracia

Con una trama muy similar a Unpregnant, Eliza Hittman nos presenta también en Estados Unidos y en el 2020 Nunca, rara vez, a veces, siempre, título llamativo que se refiere a las opciones de respuesta de una fría encuesta a una adolescente de 17 años que quiere interrumpir su embarazo.

En esta historia también hay una joven menor de edad que sale de su casa para realizarse un aborto en un Estado donde no se requiera el consentimiento de los padres. La diferencia entre estas dos películas es que Nunca, rara vez, a veces, siempre es una dura crítica política sobre el sistema sanitario y social.

Autumn, protagonizada brillantemente por Sidney Flanigan, es una introvertida adolescente que trabaja como cajera de un supermercado de un pueblo en Pennsylvania. Debe viajar a Nueva York para interrumpir su embarazo y lo hace en compañía de su prima, Skylar, papel muy logrado por Talia Ryder. Con poco dinero y sin apoyo de adultos ni institucional, estas jóvenes se encuentran totalmente desamparadas en la gran ciudad buscando la clínica para que Autumn pueda realizarse el aborto. El panorama es desolador.

Nunca, rara vez, a veces, siempre muestra de manera dramática la desidia de la burocracia estatal para tratar con una adolescente que está atravesando un proceso psicológico muy difícil de afrontar en soledad. Tiene un ritmo lento pero atrapante, que invita sumergirse en el dramatismo y pesadumbre de la situación. Muestra sólo lo imprescindible, sugiere situaciones de abuso y trasmite a la perfección la sensación de desamparo.

Unpregnant y Nunca, rara vez, a veces, siempre son dos películas con historias bien similares, una adolescente que quiere abortar y se encuentra con las limitaciones legales, incluso en un país y Estado donde el aborto es legal, y deben emprender un viaje para poder cumplir con su cometido. En los dos casos ese viaje lo realizan con la única compañía y contención de otra joven de su misma edad. La primera se desarrolla en un tono de comedia liviana y la otra es un drama contundente. Ambas invitan a reflexionar sobre el necesario acompañamiento del Estado a las jóvenes que deciden abortar. Estas películas pueden verse por HBO max.

Lo que se hace evidente en estas historias es que la problemática de la situación de un embarazo no deseado en una joven no se soluciona con la legislación de la interrupción voluntaria del embarazo, sino que requiere, también, de un acompañamiento y contención emocional para poder pasar por esta práctica en el entorno socio-afectivo adecuado.

 

¿Qué pasa en Argentina?

En Argentina, las jóvenes de más de 16 años pueden acceder a la interrupción voluntaria y legal del embarazo sin necesidad de estar asistidas por una persona mayor. Las adolescentes desde los 13 hasta los 16 años pueden, en general, acceden al aborto de manera legal sin necesidad de consentimiento de una tercera persona, salvo en los casos en que la realización de la práctica sanitaria implique un riesgo grave para su salud o su vida, en este último caso sería necesario que estén asistidas por un referente afectivo, personas allegadas indicadas por la adolescente. Las niñas menores de 13 años pueden acceder al procedimiento con la asistencia de al menos una persona que ejerza formal o informalmente roles de cuidado, personas allegadas o referentes afectivos. Estos deben participar en conjunto con la niña en la toma de decisiones y deben firmar también el consentimiento informado. La norma argentina también legisla sobre la asistencia sanitaria pre y post aborto.