Despeñaderos fue Carnaval

Edición Impresa 01 de marzo de 2020 Franco Muñoz Franco Muñoz

Primero debieron asegurar el acoplado, y que alguien pueda engancharlo en su camioneta, para desfilar por la pasarela durante las tres noches. Claro que antes eligieron una temática y abordaron una idea, por la que muchos de sus integrantes trabajaron durante semanas. Este año fueron tres jornadas seguidas: 21, 22 y 23 de febrero resultaron los días elegidos por las instituciones para la realización de los Corsos Color 2020. 

Las carrozas marcaron la presencia de cada institución: Escuela 25 de Mayo, Academia La Bayadera, Asociación Civil Juntos de la Mano, Bomberos Voluntarios, Pro-Capilla, Academia municipal Don Ata, Jardín 25 de Mayo, Club Juventud Alianza y Escuela Pro-A. Sus colores y figuras, junto a toda su propuesta despertaron el fanatismo de los vecinos, pero la decisión fue del jurado. 

El trayecto de las carrozas

Se dijo que primero debía asegurarse el acoplado y la camioneta, precedido por la idea, aquello que subyace al proyecto y lleva la mirada del mundo de cada institución. Consideraron la utilización de materiales. El jurado ponderó el reciclaje de los elementos, por lo que una buena opción fue revisar la producción de años anteriores. 

Esto aclararon los protagonistas, por supuesto, pero cómo es posible hacerlo si no hay un buen espacio para trabajar. Aquí, otro dilema. Debieron encontrar un techo para trabajar en conjunto. Muchas de las instituciones se agruparon en algunos de los galpones de los colonos de la localidad, que amablemente cedieron el espacio durante algunas semanas. Un ejemplo de esto fue el galpón del productor Nino Ros, ocupado por Escuela Pro-A, Juntos de la Mano, La Bayadera y Jardín 25 de Mayo.

Allí, en los galpones, se dieron los primeros flechazos, porque fue una competencia. Cada institución defendió su proyecto de carroza y trabajó para llevarse el premio de los cincuenta y cinco mil pesos, pero esto no impidió la ayuda mutua entre las instituciones. Como cuando los chicos de La Bayadera corrieron hasta su casa a buscar una silla de su jardín y se la prestaron a los compañeros de Juntos de la Mano, que les faltaba algo para que la candidata a embajadora se apoye durante la pasarela. 

Toda la comunidad esperó por las carrozas, el mayor atractivo que tienen los carnavales de Despeñaderos. Claro que cada institución distribuyó sus colaboradores por todo el predio del playón municipal: en los puestos de venta de nieve loca, choripanes y bebidas; pero las carrozas fueron la carta de presentación. 

Para las instituciones 

Todo lo recaudado se repartirá luego entre todas las instituciones participantes. Una fiesta coorganizada por el pueblo, y para el pueblo. Muchas de las instituciones que participaron no tienen grandes ingresos de dinero durante el año, es por eso que aprovecharon la oportunidad de los corsos, ya que les da la posibilidad de funcionar activamente. 

Las entradas valieron $50 y por $10 más se podía sumar el pomo de nieve loca. Durante la noche de carnaval no faltó la lluvia de espuma, que muy bien animó el locutor y al que todos los jóvenes siguieron. 

Entre el amplio repertorio de puestos, se ofrecieron gaseosas y diferentes bebidas alcohólicas, como sangría, cerveza, whisky, fernet. Por supuesto que no faltó el pancho y el choripán.
 
La fiesta popular

Mientras las bandas se preparaban, niños y jóvenes se tiraban nieve loca. Actuaron Los del swing, se presentó el hijo de la bomba tucumana La Kuartetera, Tyago Griffo, La Gira, La Fiesta y Marcos Gomez música. También se destacó la participación de comparsas de localidades vecinas, a las que se les sumaron despeñaderenses y sus quiebres de cadera al ritmo impuesto por los bombos. 

Vecinos disfrazados recorrieron el predio. Niños, jóvenes y adultos encarnaron diferentes personajes y, para el cierre de la edición, fueron convocados al escenario y se les otorgó un reconocimiento económico. 

Conformada por vecinos y vecinas de la localidad, la Expoferia copó uno de los ingresos y le dio otro color a los corsos. Emprendedoras y emprendedores manifestaron que cada vez son más, y nadie es excluido, algo que valoraron mucho por la oportunidad de mostrar sus producciones. 

Junto a la carroza, una joven acompañó a la institución y compitió por otro premio. Hasta el año pasado, el jurado elegía a la reina de los Corsos Color. Este año eso cambió, ahora nombraron la embajadora de Despeñaderos. El locutor anunció que la joven recorrerá el país en representación de la ciudad. 

Faltó la voz de Oscar Tabares, el reconocido propalador de Despeñaderos que animó los corsos durante muchos años. Lucas Scilleta y Jero Velasco fueron los conductores de esta edición.

Desde el Ministerio de la Mujer se montó una carpa dentro del predio. Justamente, la ministra Claudia Martinez llegó para la segunda noche de los corsos. Fue recibida por la legisladora Carolina Basualdo y David Boaglio, el Concejal a cargo del Poder Ejecutivo de la comunidad.

Los resultados

“Amazonas”, la carroza de la Asociación Civil Juntos de la Mano, se llevó el primer premio de 55 mil pesos. El segundo puesto fue para la producción de la Escuela 25 de Mayo, que obtuvo 45 mil pesos. Y “El guardián”, de la Academia Don Ata, ganó los 35 mil pesos correspondientes al tercer premio. La decisión estuvo a cargo del jurado, compuesto por Natalia Rodríguez, Daniela Castillo y Noelia Suppo.

Porota y su amiga Josefa fueron elegidas como las mejores disfrazadas de la noche. Solange Olmos resultó embajadora, Martina Viera, Lucila Plasencia y Rosalía Martínez también fueron reconocidas. 

Hasta aquí los resultados y premios, ahora resta que el municipio haga cuentas de todo lo recaudado. A partir de allí se sabrá el monto que le corresponderá a cada institución, por su colaboración en la edición 2020 de los corsos color de Despeñaderos.

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