Día del Periodista: un siete de junio en el Gobierno de Milei

“La doctrina del Gobierno debe ser con relación a los papeles públicos muy halagüeña, lisonjera y atractiva, reservando todos aquellos pasos adversos y desastrados”; mensaje que invita a pensar la distancia existente en el país con esta frase escrita hace más de 200 años por Mariano Moreno, el director de La Gaceta de Buenos Aires.

Nacionales07 de junio de 2025Franco MuñozFranco Muñoz
periodista

(SN; Alta Gracia) Este sábado se conmemora el Día del Periodista, fecha histórica para la Argentina ya que el siete de junio de 1810 comenzó a circular la Gaceta de Buenos Aires, el primer diario del país y con ideas patrióticas que fue impulsado por Mariano Moreno. Vale recordar lo que el director de ese medio escribió en aquel momento: “La doctrina del Gobierno debe ser con relación a los papeles públicos muy halagüeña, lisonjera y atractiva, reservando todos aquellos pasos adversos y desastrados”; mensaje que invita a pensar la distancia existente en el país con esta frase escrita hace más de 200 años.

Hoy, sábado 7 de junio, se renueva el saludo por el Día del Periodista, pero sin dejar de tener en cuenta lo alejado que se transita de aquella frase escrita por Moreno. Esto tiene que ver con los constantes ataque a la actividad periodística ejercido por el Gobierno de Javier Milei, presidente que entre sus primeras medidas ejerció el cierre de Agencia Télam, con despidos masivos en la Televisión Pública y Radio Nacional, con programas que fueron dados de baja e infinitas producciones que desaparecieron del archivo histórico del país, por una decisión unilateral que afecta de lleno a la democracia nacional.

¿Libertad de prensa?

En primer lugar, cabe citar el informe realizado por la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) conocido como "Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa" de 2025, el cual advirtió que el debilitamiento económico de los medios constituye una de las principales amenazas y ubica a la Argentina en el puesto 87.

Argentina aparece entre los países con retrocesos más significativos en la región consecuencia de sus giros autoritarios, que el informe de RSF grafica al referir que el presidente Javier Milei ha estigmatizado a los periodistas, desmantelado los medios públicos y utilizado la publicidad estatal como arma política. El país retrocedió 47 posiciones en dos años, informó La Nueva Mañana.

“El periodismo en América se enfrenta a retos estructurales y económicos persistentes: concentración de los medios de comunicación, fragilidad de los servicios públicos de información y precariedad de las condiciones laborales", reza el documento de Reporteros sin Fronteras.

Además remarcó que en los últimos años "el colapso de los modelos económicos tradicionales de los medios ha agravado la crisis" y que "los ingresos publicitarios migran hacia las plataformas tecnológicas globales y los hábitos del público evolucionan, las redacciones menguan y la independencia editorial se debilita".

En ese contexto, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2025, 22 de los 28 países de la región registraron descensos en su indicador económico. "Las consecuencias son graves. La presión financiera lleva a algunos medios de comunicación a ponerse al servicio de intereses políticos o comerciales, mientras que otros, por falta de recursos, se contentan con difundir comunicados oficiales. En entornos hostiles, la autocensura se convierte en un reflejo de supervivencia. A medida que el periodismo pierde su función de informar sobre temas de interés general, la propaganda y la desinformación llenan el vacío, poniendo en peligro la estabilidad democrática", indicaron.

Tras la caída de 47 puestos en el ranking, el RSF remarcó que “el presidente Javier Milei ha estigmatizado a los periodistas, desmantelado los medios públicos y utilizado la publicidad estatal como arma política". 

Llamado al odio

“No odiamos los suficiente a los periodistas”, fue la frase repetida por Milei en un acto junto a militantes de La Libertad Avanza y replicada en la red social X, cuando justificó la amenaza de su asesor Santiago Caputo al fotoperiodista de Tiempo Argentino Antonio Becerra, quien estaba cubriendo el debate de candidatos a legisladores porteños, previo a la última elección. La imagen de ese momento fue captada por el propio Becerra: Caputo lo mira, observa su nombre y su credencial, la toma con sus manos y le saca una foto con el celular; se trata del funcionario sin firma que maneja la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE).

Luego de este episodio, el mismo fotoperiodista fue atacado por las fuerzas de seguridad de Patricia Bullrich durante la marcha de apoyo a los jubilados. Los uniformados avanzaron contra las personas que se manifestaban de manera pacífica sobre la vereda en la Plaza de los dos Congresos. Como ocurre cada miércoles, los fotoperiodistas son foco de las agresiones por parte de los efectivos.

La semana anterior a este hecho, el fotógrafo Tomás Cuesta fue golpeado por una docena de policías mientras se encontraba trabajando con su cámara.

Una de las víctimas de la represión ejercida por el Gobierno de Milei durante la marcha en defensa de los jubilados fue el fotoperiodista Pablo Grillo, quien luchó por su vida tras recibir una granada de gas en su rostro. La secuencia de este ataque fue registrada por su colega, el fotógrafo Leandro Teysseire, quien dejó documentado el ataque directo que recibió el joven reportero gráfico mientras cubría la protesta en defensa de los jubilados y jubiladas.

Las imágenes son estremecedoras. Grillo vestía remera verde y amarillo y, con su cámara, se acomodaba para fotografiar una de sus postales durante la represión. En ese momento le impactó el proyectil en su cabeza y se puede ver como su cuerpo cayó a causa del impacto. Días atrás, y luego de 82 días en terapia intensiva en los que luchó por su vida, Pablo fue dado de alta.

Entre el odio a la información y el discurso nazi

Los ataques a la prensa emitidos por el presidente de la Nación se dan en diferentes escenarios, uno de ellos es junto a militantes de su partido en programas reproducidos por diversas plataformas, donde llegó a solicitar listas negras de periodistas para enviar a prisión. Luego de este hecho protagonizado por Milei y uno de sus voceros en las redes sociales conocido como “El Gordo Dan”, el propio mandatario denunció por calumnias e injurias a Carlos Pagni y Ari Lijalad, quienes abordaron temáticas de orden público. 

Sin embargo, la Justicia desestimó la denuncia realizada por Milei contra los periodistas, ya que consideró a las expresiones amparadas por el derecho a la libertad de prensa y no constituyeron delito alguno.

El juez federal Daniel Rafecas consideró que lo dicho por los periodistas en El Destape y el programa Odisea de LN+, se enmarcan dentro del derecho a la libertad de expresión y consideró que “utilizar el ámbito penal para perseguir opiniones periodísticas pondría en riesgo el debate democrático”.

En esa línea, Rafecas argumentó que "la divulgación de expresiones sobre asuntos de interés público no puede ser criminalizada ni se encuentra prohibida ni constituye actividad ilícita y se encuentra además amparada por el derecho a la libre expresión en consideración de las previsiones convencionales y de jerarquía constitucional que resultan de ineludible aplicación al caso y cuya desatención puede incluso generar responsabilidad internacional de nuestro Estado".

Desfinanciamiento de medios

Otro punto a considerar en este contexto de ataque al a actividad periodística es el desfinanciamiento de medios y los bajos salarios que perciben quienes desempeñan estas tareas. Aquí en Córdoba, los Servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba sufrieron la unificación de la programación radiofónica de sus dos emisoras, lo que llevó al cierre de programas y periodistas despedidos. En Radio Nacional Córdoba sucedió algo similar. 

Por otro lado, semanas atrás, trabajadores de La Voz del Interior emitieron una carta en la que alertaron la crítica situación atravesada, con salarios por debajo de la línea de la pobreza. Es decir que no solo se trata de medios públicos en peligro, sino del peligro que corre el periodismo en la argentina. 

Aquí una cita correspondiente al periodista Ari Lijalad:

“Los periodistas no somos vacas sagradas ni tenemos coronita ni ningún privilegio dentro del marco las discusiones y conflictos democráticos. Pero lo que hace el presidente Milei traspasó hace rato los límites ya que las acusaciones de mentiroso, los disensos y las refutaciones reales (prácticamente inexistentes) son en un contexto donde repite “no odiamos lo suficiente al periodismo”. Incitar al odio y la violencia contra periodistas sí es un ataque a la libertad de expresión. Es, además, un delito. Y si lo hace el presidente, que tiene recursos para hacer efectiva la intimidación y la censura, se agrava.

Esto, vale repetir, no son exabruptos: es una táctica pensada, planificada, que consiste en apuntar cada día a un periodista distinto para generar un clima de autocensura donde los no apuntados hasta ahora buscan evitar tanto el señalamiento virtual como sus consecuencias en la vida real.

Cuando se incita a la violencia contra periodistas con el objetivo de que se autocensuren se ataca también el derecho a la información de millones de personas, que se quedan sin acceder a información que esos periodistas dejan de producir. Así que ya son dos derechos vulnerados que tienen protección por la constitución nacional y los tratados internacionales que la Argentina suscribe”.

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